En Italia han inventado un nuevo deporte-exhibición para los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, que empiezan el 10 de febrero: asalto, melé y bloqueo de la antorcha olímpica. El recorrido de la sagrada llama por el territorio italiano, pensado como un bonito paseo de confraternización, se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos. No hay día que un grupo de manifestantes de cualquier cosa no se plante ante la antorcha para impedirla el paso y hacer oír sus reclamaciones. En Génova, el pasado 18 de diciembre, el fuego llegó a apagarse, pero es que la noche del lunes en Trento se batió un récord: nunca hasta ahora nadie había osado robar la antorcha.