Una mujer llora y simula que es ahorcada durante una protesta contra el régimen islámico iraní, en Londres. / AFP
MUNDO

Rusia y China acercan posturas a Occidente en el contencioso nuclear con Irán

Se busca una resolución consensuada para el pleno de la AIEA de febrero

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Consenso frente a Irán. Los países más poderosos del mundo cerraron la reunión de ayer en Londres al borde de un consenso sobre Irán, después de que Rusia dijese que su posición era «muy cercana» a la de Occidente. De manera paralela, tres de ellos, Reino Unido, Francia y Alemania, comenzaron la redacción del borrador de la resolución que desean elevar de forma consensuada a la Agencia Internacional de la Energía Atómica -la única que puede referir a un país ante el Consejo de Seguridad para que éste imponga sanciones- a fin de que pueda debatirse en la próxima reunión de Viena, prevista el 2 y 3 de febrero.

El encuentro de ayer no reunió a jefes de Estado, sino a diplomáticos representantes de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Reino Unido, Francia, Rusia, China, y Estados Unidos, además de Alemania-, con el fin de limar diferencias sobre qué medidas adoptar frente a la posición amenazadora de Irán, que ha decidido reanudar su programa nuclear, a pesar de la presión exterior.

Hasta ahora, habían sido Rusia y China las que habían puesto más obstáculos para sancionarlo. Moscú está ayudando a Irán en la construcción de su primer reactor nuclear, mientras que la economía de Pekín depende, en gran medida, de las importaciones de petróleo del país.

La confianza

Sin embargo, Vladímir Putin, dio, después de mantener una reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, la primera señal de acercamiento. Al parecer, Moscú está perdiendo la paciencia con Teherán, después de que éste anunciase que la semana pasada comenzó una investigación sobre combustible nuclear. Aún así, Putin añadió que «la crisis debe solucionarse sin dar pasos abruptos o erróneos». Pero, ayer no hubo aún reacción por parte de China. El resto de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU estudian ahora cómo vencer su resistencia.

La confianza

Irán sigue insistiendo en que busca energía nuclear sólo para fortalecer su economía y que, por tanto, sus intenciones son pacíficas; la Agencia Internacional de la Energía Atómica no ha encontrado pruebas de que no sea así. Sin embargo, la actitud amenazante de su presidente y sus palabras sobre «el borrar del mapa a Israel» han resucitado viejos miedos en Occidente, en concreto, la posible construcción de armas nucleares, un paso que pondría a este país a la altura de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que sí cuentan con arsenales atómicos en sus países.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, dijo ayer antes de iniciarse la reunión, que se celebró a puerta cerrada y de la que se proporcionó muy poca información, que estaba en las manos de Irán asegurar a la comunidad internacional sobre sus intenciones.

En este sentido, comentó que «la confianza hacia el país había sido muy dañada por su historia de ocultación y decepción».

Paralelo al encuentro de Londres se produjeron otras reuniones de alto nivel en una carrera diplomática por solucionar la crisis. El responsable de la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, se reunió con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, mientras que el responsable de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Mohamed al-Baradei, lo hizo con el subsecretario de Estado norteamericano, Robert Joseph, en Viena.

Irán, cuarto exportador mundial de petróleo, ha advertido que cualquier intento de aislarlo podría llevar a un incremento de los precios del crudo, lo que supondría un duro golpe para las economías de los países industrializados.