Hace unos días lo que era un secreto a voces se hizo realidad. Brasil volverá a acoger un gran premio de motociclismo la próxima temporada. Lo hará en la segunda parte del campeonato, en 2014, una vez que el circuito elegido para la ocasión, el Autódromo Internacional Nelson Piquet de la ciudad de Brasilia haya sido remodelado y ajustado a los estándares de seguridad que se imponen desde la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Si pasa los controles de calidad propuesto y mínimos necesarios, los pilotos regresarán al país sudamericano diez años después de la última vez que participaron en este lugar, concretamente en 2004 en Río de Janeiro.
Pero esta buena noticia para los amantes de las dos ruedas contrasta con lo que pueden sentir los seguidores de la Comunidad Valenciana en la siguiente campaña del Mundial. Varias fuentes cercanas al FIM se han encargado en las últimas horas de filtrar la posibilidad de que uno de los grandes premios actuales desaparezca del calendario. Los candidatos a que ello ocurra son dos: Laguna Seca, donde solo compiten las motos de la máxima categoría, lo que es un hándicap para el espectáculo global que hay en este mundillo; y Valencia, cuya situación financiera hace cada año que pasa más inviable que se pueda correr sin seguir perdiendo dinero. Todavía nada es seguro. Todo son simples rumores que cobrarán más fuerza a medida que se acerque el final de la actual temporada. Aun así, lo que sí es cierto es que la actual última prueba del campeonato lleva mucho tiempo pendiente de un fino hilo por la falta de fuentes amplias de financiación. De producirse, esta sería una negativa noticia para el turismo y la economía de la capital del Turia.