La categoría de Moto2 tiene su mirada concentrada en la lucha que cada dos fines de semana mantienen un par de pilotos por encima del resto. Son Scott Redding y Pol Espargaró, primero y segundo en el Mundial, los que marcan el camino a seguir al resto de competidores. Con 30 puntos de diferencia entre uno y otro el GP de Alemania es el punto de inflexión al que se aferra el español para intentar acercarse a su sueño de conquistar el título. La gran regularidad mostrada por el británico y la constante tranquilidad en el manejo de su moto han sido las grandes bazas a las que se ha tenido que enfrentar Pol en el último mes sin demasiada suerte todavía.
Bien es cierto que las victorias del barcelonés durante las dos citas anteriores han avivado sus posibilidades de triunfo. El de Granollers recuperó hasta un total de 17 puntos. Sin embargo, el inglés, aparte del fiasco en Cataluña que casi le hace perder su hegemonía en la clase media del motociclismo, siempre se ha defendido con talento y maestría. Con una máquina similar, la calidad en el pilotaje en un circuito tan duro como es Sachsenring será de vital importancia. Las curvas cerradas y el tráfico que se forma siempre en la cabeza de carrera de este recinto beneficiarán a la Kalex de Espargaró, con mejor adaptación a este tipo de circuitos y mayor movilidad.
La otra cara de la moneda española tendrá el nombre de Nico Terol. Con una única victoria esta temporada, tras los test en Argentina el excampeón de 125cc llega al feudo alemán con más autoestima y mejores sensaciones que las mostradas durante el gran premio disputado en Assen. Espera obtener buenos resultados durante su periplo en Sajonia y devolver al equipo la confianza demostrada durante la miniconcentración sudamericana. El propio alicantino reconoció que el último día antes de viajar a Europa recuperó el optimismo que había perdido tras sus primeras carreras del campeonato actual, donde ha ido de más a menos. Su intención es materializar esas impresiones positivas que le han acompañado los días pasados.