Para el GP de Italia, la gran atracción de Moto3 será comprobar cómo reacciona Luis Salom tras su caída en Francia, donde sufrió lesiones de consideración. Estas no revisten gravedad, pero sí le han impedido entrenar al cien por cien y él mismo admite que todavía sufre dolor en algunos momentos del pilotaje. En distintas declaraciones a lo largo de semana se ha mostrado cauto pero confiado. No solo por sus magulladuras. También debido a que Mugello es un circuito «gafe», según admite, ya que nunca se le ha dado demasiado bien. No ha logrado grandes resultados en las escasas participaciones que ha tenido y quiere quitarse esa espina este fin de semana.
A quien le ha ido bastante mejor siempre sobre la llanura de la Toscana ha sido a Maverick Viñales, líder del Mundial y el máximo favorito, toda vez que las mejoras realizadas hace un mes a su moto le hacen acreedor de un liderato más que merecido. El tercer español en liza será Álex Rins al que la vitola de tapado le sigue persiguiendo. Algo que él ve como positivo al conseguir que el resto de rivales le quiten la presión del favoritismo y se fijen más en lo que hacen otros competidores. Si en el octavo de litro los españoles marcan el camino a seguir, en Moto2 es un inglés, Scott Redding, el que decide qué dirección tomar. Al menos hasta el momento, ya que Esteve Rabat, segundo en la clasificación general, confía en recortarle el mayor número de puntos posible para compensar su pésima actuación en Francia por una caída que el propio corredor catalogó de «novatada». Cayó en la misma curva en la que lo hizo Nico Terol y por ello el alicantino ya ha avisado en la previa del fin de semana que no está dispuesto a dejar escapar más posibilidades de alzarse con el triunfo final. Con Florencia de fondo, el domingo se verá si las intenciones se vuelven hechos.