Menos de dos semanas después del estreno de la nueva temporada del Mundial de motociclismo en Catar, los aficionados viajan por medio mundo para volver a sentir la emoción de la competición. El campeonato regresa con aires de revancha por saber cómo reaccionará Honda a la bofetada mecánica que le dio Yamaha en Losail. El segundo asalto lleva el cuadrilátero a Estados Unidos, a la localidad de Austin en el llamado Gran Premio de Las Américas. Es la primera vez que se disputa y el nombre ya encierra componentes extradeportivos. Su llegada al campeonato no ha estado exenta de polémica.
Construido al sur de la ciudad, en un pequeño espacio habilitado denominado 'Wandering creek', es la imagen en forma de asfalto del sueño americano. Los dueños texanos usan el velódromo para todos los eventos relacionados con el motor. Desde la Fórmula 1, pasando por las superbikes, hasta convertirse en una competencia de la serie australiana V8 Supercars. Un símbolo hecho a semejanza de lo que significa el modelo social del país. El promotor es Tavo Hellmund, uno de los grandes millonarios que pueblan la localidad hecho a sí mismo bajo el influjo del petróleo. En sus entrevistas siempre destaca lo mismo: «No hemos recibido ni un dólar de la administración pública». Se siente orgulloso de señalar que ellos no quieren subvenciones como sí reciben la mayoría de pistas del mundo. Aunque en las últimas semanas se ha alzado una voz que contradice esta política neoliberal.
El responsable de las críticas ha sido el excampeón de 500cc en 1993, Kevin Schwantz, expulsado en pretemporada del recinto. La razón esgrimida se basó en la demanda que interpuso a la dirección de la carrera, por quedarse al margen de las negociaciones en 2012 para obtener los derechos del gran premio de este fin de semana. Asegura que lo único que buscan los responsables es conseguir dinero público del estado de Texas para incrementar los beneficios. «La razón de que los Rossi, Pedrosa y Lorenzo estén aquí soy yo», recordó hace dos semanas en un comunicado.
En lo puramente deportivo, el mayor interés que despierta la llegada de las cilindradas de dos ruedas al país de las barras y estrellas es el plano del complejo. Su construcción se hizo pensando en el espectador. Cualquier aficionado que se acerque a ver algún espectáculo sabe que lo primordial es su comodidad. La amplia gama de restaurantes y tiendas provoca que las carreras pasen a un segundo plano y el circuito sea una especie de parque de atracciones donde pasar el día con la familia. Es la competencia ideal para un domingo del 'Meridian Valley Country Club', a 30 kilómetros, y que es lugar elegido por la 'jet set' de la ciudad.
En los test mandó Márquez
Pero lo que más ha impresionado a los jefes de equipo ha sido su diseño interno. Compuesto por un total de veinte curvas, tiene un primer sector zigzagueante que recuerda demasiado a Silverstone, donde elipses enlazadas son muy parecidas a las zonas de Becketts y Maggots, en el autódromo de Silverstone. Su parte final es un fiel reflejo de lo ya existente en el Hockenheimring y el Istambul Park. Siguiendo la mentalidad de ofrecer un 'show' al estilo estadounidense, el arquitecto del proyecto, Hermann Tilke, construyó dos largas rectas para fomentar los adelantamientos sin descanso.
Bien es cierto que la principal comparación siempre ha sido con el recinto de Suzuka, en Japón, uno de los más antiguos del mundo del motor. Sus continuas 'eses' recuerdan al que hay en el estado nipón, como han afirmado varios pilotos a lo largo de los últimos días. Casualidades o no, el que se encuentra en el país isleño fue creado por Honda para que le sirviera de zona de pruebas en 1962. Mientras, el norteamericano se usó como test en la presente pretemporada para probar las nuevas máquinas de Moto GP. Y vencieron de una manera notable las de Dani Pedrosa y Marc Márquez, sobre todo el segundo. El de Cervera colocó su RC213V por delante del resto. Quizá la inspiración de la fábrica asiática haya llegado a Estados Unidos y sea una señal para recuperar el crédito perdido en Doha frente a los 'azules' de su eterna rival.