Después de un año de obras, no es de recibo que la plaza del Caballo haya vuelto a estar cortada, aunque sea sólo por una semana. Y precisamente, el sitio donde ha surgido el socavón tuvo que ser reparado hace sólo unos meses porque se había hundido parte del asfalto. No es algo habitual en obras recién terminadas, que se vuelvan a levantar al poco tiempo de terminarlas, aunque visto cómo se hacen las cosas en Jerez, no sé de qué nos lamentamos.
Tampoco ha sido el único lugar donde se ha producido un hundimiento en la plaza del Caballo. En la esquina de la Caja de Ahorros y la avenida también se agrietó el acerado y tuvieron que volver a levantarlo.
A eso hay que añadir que se ha perdido toda la arboleda que había en la plaza, convirtiéndose en un desierto sin sombra, porque las palmeras, que están ahora tan de moda, no quitan nada de sol. La plaza está estupenda para tomar el sol, pero si uno quiere sentarse, mejor que se vaya al parque, porque allí se va a asar.
La remodelación de la calle Paraíso sigue paralizada, o al menos, va a un ritmo tan lento, que tardarán diez años en acabarlas. No sé qué hemos hecho los vecinos para merecernos ésto, pero una cosa está clara. Para este viaje, no valían estas alforjas.
Antonio Pérez. Jerez