Los históricos tiras y aflojas entre Estados Unidos y Cuba han pasado al campo del abastecimiento. El Gobierno de Fidel Castro dijo ayer que Washington miente al acusarle de aumentar el hostigamiento a su Oficina de Intereses en La Habana con el corte de los servicios de luz y agua. En un editorial del diario oficial Granma titulado No hace falta quemar papeles mantiene que las manifestaciones norteamericanas son un pretexto para romper los acuerdos migratorios de 1994 y las relaciones suspendidas en 1961 y restablecidas en 1974.
La nota respondía a un artículo del rotativo de Miami El Nuevo Herald, donde se aseguraba que la sede diplomática sufría premeditados desabastecimientos de electricidad desde el día 5 e intermitentes de agua desde hace meses, y que sus funcionarios comenzaron el viernes a destruir documentos preparando una posible evacuación. Drew Blakeney, portavoz de la Oficina de Intereses, denunció el lunes el acoso cubano.