EL EMPATE. Lee Chun-soo ejecuta el lanzamiento de falta que se convirtió en el primer tanto coreano. / REUTERS |
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LA FICHA Alineaciones
Goles
Árbitro |
Corea del Sur: Woon-jae; Young-pyo, Jin-Cheul, Jin-kyu (Ahn, m. 46), Young-chul; Chong-gug, Eul-yong (Nam-il, m. 68), Lee Ho; Ji-sung, Lee Chun-soo, Jae-jin (Sang-sik, m. 83).
Togo: Agassa; Tchangai, Abalo, Nibombre, Assemoassa (Forson, m. 62); Salifou (Aziawonou, m. 86), Romao, Toure Mamam; Senaya (Assimiou Toure, m. 55), Adebayor; Kader Mohamed.
0-1: Minuto 31. Kader.
1-1: Minuto 54. Lee-Chun-soo.
2-1: Minuto 72. Ahn.
Graham Poll (Ing.). Expulsó a Abalo (m. 54). Amonestó a Young-chul, Lee Chun, Romao y Tchangai. |
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Cuando Kader adelantó a los togoleses con su golazo, mezcla de potencia y de clase, se puso a bailar al ritmo de un tambor metafórico, rodeado por sus compañeros, como si rindiera homenaje a la veracidad del vudú. El hechicero nacional, Yoghui Assiogho Gragblondjro III, había llamado a los espíritus para que ayudaran al conjunto africano en su debut en una Copa del Mundo. Era Togo o nada. Y los dioses, con la sabiduría de un Griot senegalés, correspondieron a la petición, pero no debieron calcular que los partidos de fútbol duran hora y media.
El equipo togolés fue superior durante casi una hora, hasta que la expulsión de Abalo y el gafe del portero, Agassa, derrotaron al magnífico fútbol ofensivo de los chicos de 'Papá' Pfister, dirigido por el regate y la fuerza de Mohamed Kader y por la clase de Adebayor, el delantero del Arsenal.
El once del mercenario alemán demostró una disciplina estratégica encomiable. Lo que el técnico no ha encontrado, en cinco meses de labor, es un portero para alcanzar el hechizo mundial. Porque los africanos no perdieron por la inferioridad numérica. Cayeron por el ridículo de su guardameta, palabra que es la antítesis de Agassa. Su compañero Abalo fue expulsado por una falta que permitió el golpe franco de su fracaso. El ex jugador de la Real Sociedad Lee Chun-soo lanzó un disparo por el centro de la portería que cualquier portero de entidad habría parado o despejado. Agassa, no. Lento, perdido, ni estiró los brazos. En un minuto, Togo pasó del triunfo al empate con diez hombres. Momento en el que surgió Ahn, un viejo conocido veterano de la guerra de Corea 2002, para ganar la batalla.
Advocaat había dejado en el banquillo al líder de la Corea que consiguió el cuarto puesto en su Mundial. Comprobado el error, el técnico holandés redujo la defensa a tres hombres, pues Togo jugaba con sus dos puntas de oro, y utilizó al curtido Ahn para abrir huecos en el muro de adobe africano.
Los asiáticos dominaron casi tanto como sufrieron, pues Kader y Adebayor jugaban de miedo, pero Ahn sentenció el combate con un buen disparo por alto que Agassa, qué guasa, también observó pasar con los brazos sin estirar.
El poso del viejo guerrero puso en Corea del Sur la experiencia necesaria para triunfar en este duelo en el que se jugaban buena parte de sus aspiraciones de clasificarse a los octavos.