El presidente del Gobierno anunciará la apertura de conversaciones con ETA en un pleno ordinario y sin votación que el Congreso de los Diputados celebrará a finales de junio. En esa «breve» sesión, los grupos parlamentarios podrán fijar su posición en una sola intervención de diez minutos, pero no votarán a favor o en contra del diálogo con la banda terrorista. El Gobierno pretende evitar así que se formalice en votos la ruptura del primer partido de la oposición. Cuando los catalanes se hayan pronunciado en el referéndum del día 18 sobre su Estatuto, José Luis Rodríguez Zapatero solicitará a Mesa de la Cámara comparecer por la vía del artículo 203 del reglamento del Congreso que establece que los miembros del Gobierno pueden intervenir a petición propia en el pleno para informar de un determinado asunto.
Según ese artículo, tras la «exposición oral del Ejecutivo podrán intervenir los representantes de cada grupo parlamentario por diez minutos, fijando posiciones, formulando preguntas o haciendo observaciones, a las que contestará aquél sin ulterior votación». Zapatero no quiere someter a votación los siguientes pasos que dará ante el alto el fuego de ETA porque, recuerdan fuentes de La Moncloa, quien dirige la lucha antiterrorista es el Gobierno. No obstante, se comprometerá a compartir información con los grupos parlamentarios. Tampoco quiere el presidente reeditar la confrontación del pleno del pasado lunes, en el que Mariano Rajoy y él escenificaron su ruptura. Por ello pedirá comparecer en una sesión ordinaria en la que se traten otros asuntos y no sólo el alto el fuego de la banda.
Cambio de estrategia
El Ejecutivo es partidario de que no haya una segunda intervención de los partidos en el pleno para no hacer demasiado extenso el debate. Además, Zapatero cree que su intención casa con los propósitos de Rajoy, quien ni siquiera era partidario de celebrar ese pleno, según le comunicó en una de sus últimas conversaciones. Lo que no tienen tan claro en el Palacio de La Moncloa es que ese sea el criterio final que exprese el PP en el pleno. Por otra parte, cada vez es menos probable una reunión del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición acordaron convocar en su última entrevista. El jefe del Ejecutivo dice estar dispuesto a reunir la comisión de seguimiento cuando el Partido Popular quiera, pero la ruptura de relaciones en esta materia lo hace inviable a menos que el principal partido de la oposición de un giro de 180 grados a su estrategia. A falta de convocar la sesión a finales de mes, el presidente del Gobierno trata de manejar los tiempos de la mejor forma posible.
Sabe que la banda terrorista y su entorno tienen prisa y quieren que dé nuevos pasos cuanto antes, pero al mismo tiempo debe aplacar las duras críticas del Partido Popular.
Disculpas públicas
Esta semana intentó «parar los pies» al primer partido de la oposición, pero a la vez tendió la mano a Rajoy y ordenó a los suyos que hicieran esfuerzos para recuperar el consenso. De ahí que el secretario de Organización, José Blanco, pidiera disculpas en público a los populares por no haberles comunicado antes la próxima reunión entre el PSE y Batasuna, decisión que motivó la ruptura definitiva entre los dos principales partidos. No obstante, ni en el Ejecutivo ni tampoco en el Partido Socialista son «tan optimistas» como su líder y temen que sea imposible que el Partido Popular vuelva al acuerdo. Zapatero espera que pasada la manifestación de la Asociación Víctimas del Terrorismo y coincidiendo con la recta final de la campaña del referéndum catalán baje la crispación sobre el anuncio del diálogo con la banda terrorista. Después de la consulta catalana el presidente del Gobierno solicitará comparecer ante el pleno. Lo hará la semana del 20 de junio si el resultado es desfavorable para los socialistas catalanes (PSC), aunque si es positivo podría esperar a la del 27 de junio.
Por último, fuentes gubernamentales explicaron que si el Partido Popular mantiene su estrategia de confrontación el Palacio de La Moncloa también seguirá adelante con sus planes porque no puede frenar el proceso de paz. El mes de julio, según estas mismas fuentes, será un buen momento para iniciar los primeros contactos con la banda terrorista.