Al menos nueve civiles iraquíes murieron ayer y otros 40 resultaron heridos por múltiples disparos de mortero contra sus casas en el sur de Bagdad, según informó la Policía. El ataque en el distrito de Dora, de mayoría suní, consistió en siete ráfagas de disparos de mortero que cayeron sobre cuatro casas, concretamente en la zona de Dora Abú Dishir, explicó el capitán Jamil Hussein. Por otra parte, el Ejercito estadounidense se responsabilizó ayer de la muerte por sus tropas de dos mujeres, una de ellas embarazada, en un puesto de control en la ciudad de Samarra, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad.

El incidente ocurrió cuando soldados norteamericanos, destacados en un puesto de control, abrieron fuego contra el coche en que viajaban ambas mujeres, precisa la nota según la cual los militares dispararon contra el automóvil porque no se detuvo en el puesto.

Centenares de civiles iraquíes han muerto por disparos de tropas en los puestos de control. El mando estadounidense sostiene que dispara contra los vehículos que no se detienen por el temor que sean ataques suicidas.