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Domingo, 7 de mayo de 2006
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EL RECUADRO
Pancimartelevisó
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España no ha comprendido a don José Huguet, consejero de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalidad, cuando ha anunciado que quiere prohibir en toda Cataluña la venta de muñequitas vestidas de flamenca y toritos de peluche. Se le han tirado al degüello, mas he de salir en su defensa.

No, no, Huguet no quiere prohibir las muñequitas flamencas, las Barbis tipicalespanis, las Nancis de faralaes, para erradicar los símbolos que relacionen a Cataluña con España. Con su decisión quiere impulsar la artesanía pancimartelevisó. Es el único que se ha dado cuenta de los gravísimos problemas no resueltos en un asunto fundamental para la cultura material de nuestro tiempo: el futuro de lo Pancimartelevisó.

Las muñecas vestidas de flamenca, imagen de España en el mundo, de la misma ilustre familia andaluza que el toro de Osborne o el sombrero de ala ancha de Tío Pepe, fueron creadas en 1928 por el imaginativo artesano don José Marín Verdugo, en Chiclana de la Frontera. La Chiclana de Paquiro y de Mendizábal, el camino sembrado de flores de la «Chiclanera» de Angelillo. Por su creador, tales figuritas son conocidas en todo el orbe gaditano como las muñequitas de Marín. Que tuvieron su gran desarrollo gracias a la expansión de la TV. El televisor llegó a todos los hogares, pero los españoles vieron que su superficie superior quedaba muy sosa, desangelada. Probaron con figuritas gallegas de curas con paraguas; con cerámicas de las casas colgantes de Cuenca; con miniaturas de hórreos y potes gallegos. No resultaban. Hasta que alguien encontró el complemento perfecto pancimartelevisó: ¿la muñequita de Marín! Bueno, y si junto a la muñequita con su larga bata de cola, o con su traje de flamenca faldicorto tipo Marisol, ponían el torito negro tus ojos con divisa rojigualda, haciéndola como ganadera salmantina de la copla, ni te cuento. La suprema estética kitsch, quintaesenciada si el televisor estaba, además, colocado en el mueble-bar. No importaba que el receptor fuera enchufa el Askar o Telefunken, si pancimartelevisó había una muñequita de Marín. Hasta que llegaron los receptores de plasma y encima del televisor...¿no se podía poner absolutamente nada! Es como si Carmen, con la navaja de su liga, hubiera apuñalado mortalmente a la muñequita de Marín. Y aquí viene la nunca bien ponderada acción política del señor Huguet, qué visión de futuro. El señor Huiguet no quiere que los turistas que visiten Barcelona sientan la frustración, como se han dado muchos dolorosos casos, de que compren una muñequita de Marín pancimartelevisó y luego lleguen a sus casas con ella y no tengan televisor donde ponerla encima, con tanta estrechísima pantalla de plasma. Dice que quiere impulsar la artesanía catalana pancimartelevisó, pero no sabe Huguet con quién se juega los cuartos: con la emprendedora gente de Chiclana. Me pongo lo que sea a que, con éstas, en dos semanas saca Marín su nueva perfecta muñequita pancimartelevisó...de plasma.Y con barretina en vez de peineta, por descontado.



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