La escritura del 16 de mayo de 1719 de Bernardo Recaño, vecino y regidor perpetuo de la ciudad de Cádiz, patrono de la capilla del Sagrario del Oratorio de San Felipe Neri tiene su heredero en las tierras de Madrid aunque él desconozca a todas luces su posesión. Su nombre es Miguel Ángel Liaño Elvira, poseedor del marquesado de la Casa Recaño. Un título nobiliario que adquirió la familia el 4 de marzo de 1723.
El marqués de la Casa Recaño con quien tuvo contacto ayer LA VOZ desconocía la escritura. «Es la primera noticia que tengo y creo que mi padre tampoco estaba al corriente de ello», apuntó Miguel Ángel Liaño, quien mirará entre la documentación familiar para saber del poder notarial del siglo XVIII.
Estudió en Cádiz
Un hombre afincado en Madrid, nacido el 11 de marzo de 1940 en Cádiz, quien además estudió en el colegio de San Felipe Neri y contrajo nupcias con Sylvia Ortiz Martínez. Los dos cuentan con cinco hijos. Así este gaditano desconocedor de lo que sucede con en el templo recibió el título cuando fue rehabilitado el 20 de enero de 1959 por don Miguel Ángel de Liaño y Pacheco.
La historia cuenta, según el profesor de Historia de la Universidad de Cádiz Manuel Bustos, que esta familia estaba «vinculada a la Iglesia, al Ayuntamiento y al mundo comercial, pero no hay ningún estudio de la familia». Luego vino el título nobiliario en 1723 para dorar «su presencia pública» en el ámbito local donde llegaron tal vez en la Edad Media desde tierras italianas. Su escudo familiar viene representado por dos franjas: en la primera, campo de azur y corona de marqués de plata mientras que la segunda es campo de sinople, lebrel manchado de sable y perfilado de oro.
Por tanto, el Obispado de Cádiz tendrá que entrar en contacto con ellos, cosa que a estas alturas todavía no ha hecho para que la desacralización del Oratorio de San Felipe Neri pueda llevarse a buen puerto, ya que la aparición de la escritura del XVIII desacelera el proceso que mantiene la Junta de Andalucía y el Obispado para ceder el edificio a la primera para un uso fundacional en el Bicentenario del próximo 2012.
La congregación
El poder notarial se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz (1722-1723) donde en sus más de diez páginas aparece la escritura ante Felipe Pérez Angulo, miembro de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri que desapareció de ahí que todos sus obligaciones las asumiese la iglesia gaditana.
En el documento se indica que la capilla, frente a la Puerta de la Plazuela, «hubiese de ser perpetuo sagrario», además de recalcar los documentos que se debe mantener la dependencia conllevando a la prohibición de enajenar el uso de este habitáculo y a que se mantuviese la luz de la lámpara que alumbrase a su Majestad Sacramentado.
«Al ser un poder notarial tiene vigencia», aseguraron varias fuentes jurídicas ya que es una «donación modal» como justificó el abogado y vicepresidente del Ateneo José Ramón Pérez, porque «si se aceptó la donación entonces, ahora le toca a la Iglesia cumplir con creces con lo que indica las cláusulas de la escritura».
Sin embargo, el abogado Jaime Castro recalcó que habría que comprobar en el Registro de la Propiedad de 1861 cómo figura la titularidad y si se recoge este aspecto de la donación.