Ana Belén Egüés Gurrutxaga, jefa del último comando Madrid de ETA, pidió ayer a los jueces de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional que se impliquen en el proceso abierto tras el anuncio de alto el fuego de la banda. Egüés «invitó» a los magistrados que la juzgaban por asesinar a un general del Ejército a que «se inmiscuyan» en este «momento crucial» que vive el País Vasco.
La etarra hizo estas manifestaciones al final de la vista, desde el habitáculo blindado destinado a los terroristas y en el ejercicio de su derecho a decir la última palabra. Negó autoridad a la Audiencia Nacional para juzgarla e «invitó» a los magistrados a no entorpecer el proceso. El presidente del tribunal, Félix Alonso Guevara, intentó cortar su discurso político, pero la acusada continuó: «Me ha dado la palabra y yo simplemente quiero hablar», afirmó antes de que le apagaran el micrófono.
Ayuda anónima
Junto a ella, se sentó en el banquillo de la pecera su antiguo compinche en el comando Madrid Aitor García Aliaga para responder por el asesinato, el 28 de junio de 2001, del general de brigada Justo Oreja Pedraza. Por estos hechos, el fiscal del caso, Fernando Burgos, solicitó para Egüés y García Aliaga sendas penas de 326 años de cárcel. La captura de los terroristas fue posible gracias a la colaboración de un ciudadano que presenció el atentado y los persiguió desde su vehículo. Esta acción permitió desmantelar el sanguinario comando Madrid.
Por otro lado, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz interroga hoy al dirigente de Jarrai Ibón Meñika, a quien la Guardia Civil acusa de colaborar con ETA. Meñika fue arrestado el pasado martes.