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Domingo, 16 de abril de 2006
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Bush desautoriza a altos mandos y defiende la política de Rumsfeld en Irak
Afirma que en este crítico momento se precisa del «liderazgo enérgico» del secretario de Defensa
Bush desautoriza a altos mandos y defiende la política de Rumsfeld en Irak
ESCENIFICACIÓN. Rumsfeld ofrece una conferencia de prensa acompañado por un general. / AFP
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El presidente estadounidense, George W. Bush, interrumpió ayer su retiro de Semana Santa en Camp David para emitir un inusual comunicado de apoyo al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acosado por las críticas que han hecho públicas seis generales retirados, de los que dos comandaron tropas durante la invasión de Irak. «El liderazgo enérgico y firme de Rumsfeld es exactamente lo que se necesita en este crítico período», escribió el mandatario. «Tiene todo mi apoyo y mi más profundo aprecio».

Fuentes de la Casa Blanca dijeron al diario The New York Times que Bush había sido «muy proactivo» en la elaboración del texto con el que se espera zanjar las peticiones de la dimisión de su colaborador, que proliferan a medida que empeora la situación en Irak. Según estas fuentes, el presidente consideró que la relevancia de los generales críticos podía enviar «señales confusas» al campo de batalla. En realidad, la Casa Blanca prefiere que la lucha entre los altos militares se resuelva en el círculo castrense, pero Bush ha unido su reputación al futuro de Rumsfeld. Muchos analistas leían ayer en su comunicado un aviso de que cualquier crítica sobre la actuación del secretario de Estado en Irak será considerada como una crítica a él mismo.

Un Gobierno en guerra

Otros generales retirados saltaron el viernes a la arena mediática para contrarrestar las acusaciones. Pero más que defenderle, el cuerpo castrense condenó el que algunos de sus miembros se hayan atrevido a cuestionar al jefe del Pentágono en público. «Cuando tenemos a un Gobierno envuelto en una guerra, con un secretario de Defensa que tiene la confianza del presidente, y básicamente lo ha hecho bien, no importa la nota que se le dé, pedir su dimisión no es bueno para el país», dijo el ex jefe del Estado Mayor general Richard Myers a CNN.

Los altos mandos consultados por el diario The Washington Times consideraron que los disidentes «tienen dos opciones: pueden seguir órdenes o dimitir como protesta, pero es un grave precedente que los generales retirados intenten dictar la política que deben seguir los líderes militares civiles».

En una entrevista con la cadena Al-Arabiya, Rumsfeld negó que vaya a presentar su dimisión, ya que «hay miles y miles de generales y almirantes», dijo, por lo que «si cada vez que dos o tres personas están en desacuerdo cambiamos de secretario de Defensa norteamericano, esto sería un carrusel». Rumsfeld ofreció su renuncia al presidente en dos ocasiones durante el escándalo de Abú Ghraib, pero Bush no la aceptó y, por el contrario, hizo demostraciones públicas de su apoyo.

Quienes se han atrevido a romper con esta casta de silencio -seis hasta el momento-, dicen haberlo hecho de forma espontánea y sin haber hablado los unos con los otros.



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