Representantes parlamentarios de chiíes, suníes y kurdos de Irak iniciaron ayer una serie de reuniones en Bagdad para acordar quiénes ocuparán los puestos de presidente, primer ministro y presidente del Legislativo. Fuentes de la chií Alianza Unida Iraquí (AUI), ganadora de las elecciones de diciembre, afirmaron que están decididos a alcanzar un acuerdo antes de la sesión del Parlamento de mañana. De igual opinión fue Mahmud Ozman, miembro de la Coalición Kurda. Los representantes suníes, en minoría, podrían ser los más difíciles de convencer.
Las divergencias entre los distintos grupos políticos ha retrasado la formación del Gobierno casi cuatro meses después de las elecciones, en las que la AUI ocupó 128 escaños de la Cámara. La alianza chií ha reelegido al primer ministro saliente, Ibrahim al-Yafari, para que forme el nuevo Ejecutivo, decisión que rechazan kurdos, con 54 representantes, y suníes, con sus 44 diputados.
A las disensiones políticas se une la violencia sectaria que salpica a todas las partes. Tres civiles y tres soldados iraquíes murieron en dos ataques, uno de ellos con coche-bomba, perpetrados ayer en Bagdad. Además, al menos cinco ciudadanos resultaron muertos al explotar otro vehículo cargado de explosivos junto a un restaurante en la capital.
También fue asesinado un teniente-coronel de la Policía en Basora por individuos armados y dos marines estadounidenses resultaron muerto en un ataque mientras patrullaban la provincia rebelde suní de Al-Anbar, en una jornada que se cerró con la pérdida de unos veinticinco días.