Trump moviliza 50.000 millones de dólares para frenar al coronavirus tras declarar emergencia nacional
Decreta una serie de medidas para facilitar que los médicos diagnostiquen a la población
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El presidente de Estados Unidos , Donald Trump, declaró este viernes el estado de emergencia nacional y movilizó 50.000 millones (45.000 millones de euros) de dólares para intentar contener el avance de la epidemia de coronavirus en el país, que ayer había contagiado a 1.600 personas, de las que 41 han fallecido. Además, Trump aprobó por decreto una serie de medidas para facilitar a los profesionales médicos que traten a la población, dado que a fecha de este viernes apenas 10.000 habían sido diagnosticados, de una población de 320 millones. La de ayer fue la tercera rueda de prensa del presidente en la Casa Blanca desde el inicio de esa crisis sanitaria global.
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La pandemia del coronavirus se ha convertido en un problema político de primera magnitud para Trump, que en un principio trató de restarle importancia a las infecciones y llegó a denunciar una «farsa» por el alarmismo de los demócratas. Según dijo ayer el presidente, «todos los norteamericanos tienen un papel que jugar para derrotar al virus, limitar el daño a la ciudadanía y al país, y parar al virus, las precauciones ahora son críticas». Trump anunció que en una semana se habrá hecho la prueba a 1,2 millones de personas y en un mes, a cinco millones.
Colaboración con Google
El estado de emergencia le permite al presidente, entre otras medidas, eliminar regulaciones en el sector médico para facilitar el diagnóstico y el tratamiento incluso de forma remota. Por ejemplo, con la ayuda de Google se enviarán kits de diagnóstico a aquellos que identifiquen una serie de síntomas a través de una web específica. Además se enviarán fondos a las autoridades sanitarias de los estados y ciudades que lo soliciten. Con ayuda de cadenas de grandes almacenes como Target o Walmart se creará un sistema de diagnóstico sin que el paciente deba abandonar su coche, como se hace ya en Corea del Sur.
Este sábado, desde la medianoche –hora de Washington, cinco horas más en la España peninsular– tienen prohibida la entrada en EE.UU. los que hayan estado en los pasados 14 días en los 26 países del espacio europeo Schengen, incluida España. Esta prohibición estará vigente un mes.
Según Trump, Europa ha sido sometida a estas restricciones «porque los casos se han disparado en los días pasados». Antes, la Casa Blanca restringió las entradas desde China, Corea del Sur, Irán e Italia.
Hasta ahora había dejado fuera al Reino Unido de esta prohibición de ingreso en EE.UU., pero este viernes, a preguntas de los periodistas en la rosaleda de la Casa Blanca, apuntó que podría incluir a ese país en la lista.
El miércoles, el presidente intentó calmar a la ciudadanía y, sobre todo, a los mercados, con un mensaje a la nación televisado en directo desde el Despacho Oval, algo reservado a las crisis más graves en la historia del país. El resultado fue el contrario del deseado, y al día siguiente las bolsas sufrieron la peor caída desde 1987.
El mensaje de Trump estuvo plagado de errores que la Casa Blanca hubo de corregir momentos después de que este acabara. El presidente dijo que el cierre de frontera afectaba a toda Europa, pero en realidad está vigente sólo con 26 países del espacio Schengen y además cuenta con excepciones como los nacionalizados o residentes permanentes en EE.UU. y sus familiares. Trump se equivocó al decir que se cerraba el acceso de bienes comerciales, algo que hubiera dañado al comercio.
Por otra parte, Trump no quiere hacerse la prueba del coronavirus porque, según dijo este viernes, no tiene síntomas, pese a que el fin de semana pasado estuvo en su residencia de Mar-a-Lago en Florida con el equipo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en el que hay al menos un infectado, el responsable de comunicaciones Fábio Wajngarten. Varios medios afirmaron ayer que el propio Bolsonaro había dado positivo pero su equipo lo negó tajantemente después.
Según admitió el director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, en una comparecencia en el Capitolio el jueves, «el sistema no está preparado para lo que se necesita en este momento. Y eso es un fracaso, hay que admitirlo». Ayer, junto a Trump en la Casa Blanca, Fauci, dijo que la crisis puede duras varias semanas antes de que los norteamericanos puedan volver a sus vidas normales.
Sin actos de campaña
El presidente ha cancelado sus actos de campaña, como han hecho sus dos principies rivales en las elecciones, los demócratas Bernie Sanders y Joe Biden . Durante sus conversaciones con los medios, Trump ha culpado de la falta de preparación y la carencia del material necesario para hacer las pruebas a recortes aprobados durante el Gobierno del demócrata Barack Obama (2009-2017), del que Biden era vicepresidente.
En EE.UU. comienzan a darse este viernes las prohibiciones que a Europa han ido llegando a lo lago de la semana: centros de mayores en aislamiento, clases canceladas, oficinas con personal de emergencia y un aumento del teletrabajo.