La negociación entre la UE y el Reino Unido, en punto muerto a menos de siete meses de la desconexión
Barnier advierte a Londres de que está jugando con fuego con exigencias «inexplicables»
El negociador europeo, Michel Barnier , acusó este viernes al Reino Unido de falta de voluntad para llegar a un acuerdo para definir las futuras relaciones con la UE y de ignorar incluso sus compromisos expresados en la declaración política del acuerdo de su salida del bloque comunitario. Más o menos le vino a decir al Gobierno de Boris Johnson que está jugando con fuego porque, aunque no sería imposible que el acuerdo se produzca «en el último minuto», no debe esperar que Bruselas se arrugue y deje de defender la integridad del mercado interior para atender a sus exigencias, que calificó de «inexplicables».
A la hora de hacer un resumen de la última ronda de negociaciones que se ha llevado a cabo esta semana de forma telemática, Barnier denunció que no ha habido ningún progreso significativo, a pesar de que quedan apenas cinco meses reales para evitar una desconexión traumática del Reino Unido del mercado europeo. «Sin una decisión conjunta, el Reino Unido saldrá del Mercado Único y la Unión Aduanera en menos de siete meses. Pero viendo el tiempo necesario para ratificar en los 27 Estados miembros, deberíamos tener listo un texto jurídico como máximo el 31 de octubre. Eso nos deja sólo cinco meses para las negociaciones».
El actual periodo de transición termina el 31 de diciembre. Las negociaciones más intensas se dan en lo se conoce como el terreno de actuación común (en inglés, el «level playing field») que supondría la aceptación mutua de ciertos principios comunes en materia de ayudas de Estado, protección de los consumidores y asuntos medioambientales, para permitir una relación comercial basada en el principio «cero cuotas, cero tarifas».
La UE no quiere que el Reino Unido permanezca en el mercado interior si no puede garantizar que no llevará a cabo políticas agresivas en términos fiscales, sociales o medioambientales, porque perjudicarían a las empresas europeas. Pero los británicos quieren mantener su capacidad de diferir de la normativa europea y mantener al mismo tiempo la entrada de sus productos.
También se mantienen diferencias esenciales en el tema del acceso de los pescadores europeos a las aguas británicas, algo que puede ser muy complicado, porque la UE quiere que se mantenga la relación actual, lo que significa dejar que los barcos europeos faenen en igualdad de condiciones, a cambio de que los pescadores británicos puedan vender sus capturas en el continente, mientras que Londres insiste en establecer un sistema anual de cuotas para todas las especies, lo que para la UE es «totalmente inaceptable». Tampoco hay avances en la cooperación policial en materia de seguridad e intercambio de información policial.
Según Barnier, los británicos «han retrocedido» respecto a lo que el propio Boris Johnson firmó en la declaración política del año pasado «y ahora no están de acuerdo ni siquiera en cooperar en política exterior y de seguridad, que es algo que yo, como antiguo ministro de Asuntos Exteriores de mi país (Francia) no puedo entender».
Por ello, Barnier insistió en pedir a los operadores económicos que se preparen para una desconexión sin acuerdo . «Mi responsabilidad es decir la verdad y esta semana no ha habido ningún avance significativo» porque «en todas las áreas, el Reino Unido continúa retrocediendo respecto a los compromisos asumidos en la declaración política, incluida la pesca, algo que nosotros no podemos aceptar».
Una posible extensión del periodo transitorio
Barnier ha recordado que los británicos adquirieron un compromiso con el respeto de los derechos de todos los europeos que residían en el Reino Unido antes del Brexit y ha pedido ayudas para aquellos que tienen dificultades para cumplimentar las nuevas exigencias legales para permanecer allí.
En cuanto al espinoso asunto de la frontera irlandesa , Barnier sospecha que la parte europea deberá «vigilar la correcta implementación del protocolo» porque han detectado “detalles incompatibles» con el acuerdo del Brexit.
La propuesta de Barnier a los negociadores británicos ha sido la de intensificar los trabajos en el tiempo que queda, para explorar todas las posibilidades de evitar esa ruptura. En todo caso, dijo que Bruselas «está abierta» a que Londres pida una extensión de uno o dos años del periodo transitorio para evitar el colapso de las relaciones bilaterales, aunque Johnson ya ha dicho varias veces que descarta totalmente esta posibilidad.
Para pedir esa nueva prórroga Londres debería anunciarlo antes del 30 de este mes y ello implicaría que se mantiene la aplicación de las leyes europeas en las relaciones bilaterales, lo que le seguiría dando acceso al mercado interior europeo, a cambio de contribuir al presupuesto comunitario durante este tiempo, algo que solo sería aceptable para él si el periodo de convalecencia por infección de Covid-19 le ha producido un periodo de amnesia grave al primer ministro británico, cosa de la que no se tiene noticia.
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