Mark Rutte, azote de España e Italia, se alza como gran favorito para ganar las elecciones de Países Bajos

Las encuestas dan la victoria al liberal-conservador VVD que se llevaría el 21-26% de los votos, en comparación con el 11-16% de su más inmediato perseguidor, el PVV, el partido antimusulmán encabezado por Geert Wilders

El premier neerlandés, Mark Rutte, junto a su homólogo español Pedro Sánchez, en una cumbre de jefes de gobierno de la UE en plenas negociaciones del fondo pandémico el pasado verano Reuters
F.J. Calero

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Hace tres meses el gobierno del liberal neerlandés Mark Rutte dimitió en bloque para evitar una potencial moción de censura por el escándalo de la supuesta discriminación racial en la concesión de ayudas sociales. Un caso que, por cierto, fue destapado por la abogada española Eva González .

Lejos de minar sus posibilidades electorales, la dimisión mejoró la imagen de Rutte, quien durante la pandemia ya había reforzado su valoración en parte como garante de las libertades de los neerlandeses en la gestión del coronavirus y gran azote de los países mediterráneos en las negociaciones pandémicas. No en vano, el pasado abril se filtró un vídeo en el que se podía ver a Rutte sonreír cuando un impetuoso trabajador de un centro de procesamiento de basuras le pedía que, «por favor, no les diera dinero a italianos y españoles».

Las encuestas dan la victoria al liberal-conservador VVD , que lidera a golpe de pedaleo el premier Rutte. Se llevaría el 21-26% de los votos, seguido del 11-16% de su más inmediato perseguidor, el PVV, el partido antimusulmán encabezado por Geert Wilders . De esta forma, el centroderecha del VVD prevé ganar el doble de diputados (en torno a los 38 y 40) que el hoy principal partido de la oposición.

Resurrección del ultra Wilders

Rutte, que necesitaría aliarse con al menos otros tres partidos para conseguir los 76 escaños que marca la mayoría absoluta, ha excluido al PVV de toda posibilidad de acuerdo, algo que su líder Wilders ha tildado de decisión «antidemocrática». Cabe recordar que Rutte logró imponerse hace cuatro años después de haber adoptado en campaña parte del discurso duro en inmigración de sus rivales derechistas. Las negociaciones para formar gobierno en 2017 se alargaron durante más de medio año.

Estos comicios son también los de la resurrección de Wilders, veterano líder de la extremaderecha neerlandesa, después del sorpasso sufrido en 2019 por la pujanza del partido del excéntrico populista Thierry Baudet al frente del Foro para la Democracia (FvD), que arrebató la victoria ese mismo año al propio Rutte la victoria en el Senado. De reciente creación, su fulgurante auge y abrupta caída en pocos meses suponen todo un caso de estudio. El que fuera el nuevo 'enfant terrible' de la derecha eurófoba y populista ha pasado a liderar el vía crucis autodestructivo de su formación ante acusaciones de racismo y antisemitismo, así como por su deriva trumpiana y conspiranoica.

La izquierda, en caída libre

En peor forma se encuentra la izquierda holandesa y no solo por la fragmentación de su voto. Pese a la sorpresiva victoria de los socialdemócratas neerlandeses en las europeas de 2019, gracias al tirón del entonces serio candidato a presidir la Comisión Europea (actual vicepresidente y hombre fuerte del Pacto Verde europeo), Frans Timmermans (Partido Laborista, Pvda), lo cierto es que la izquierda neerlandesa no levanta apenas cabeza. Las encuestas más recientes (Peilingwijzer) no conceden más del 25 por ciento a todas las formaciones progresistas juntas.

Rutte, antes de un debate televisivo AFP

La bandera progresista y liberal la izan ahora la coalición del partido del premier con el socioliberal Demócratas 66. Como recuerda el analista neerlandés Cas Mudde en un post de la London School of Economics, en 2006 el Partido Laborista (Pvda), el Partido Socialista (SP) y la Izquierda Verde representaban más del 42% del voto total.

Con la participación de ancianos y población vulnerable, Holanda inició ayer, lunes, la primera de las tres jornadas de las elecciones legislativas. Sin la posibilidad de grandes eventos públicos cara a cara, la campaña electoral se basó en debates televisados en los que Rutte mantuvo su imagen de mano firme en la gestión de crisis.

Disturbios contra el toque de queda

El covid ha sido un tema dominante en la campaña electoral, en la que la oposición ha criticado la gestión del gobierno de Rutte, que pasó de promover la teoría de la inmunidad de rebaño (a lo Boris Johnson) y haber prometido por activa y por pasiva «no restringir las libertades de los neerlandeses», a mantener a día de hoy -por la amenaza de la variante británcica del virus- un confinamiento que se extiende desde inicios de año y el primer toque de queda desde el fin de la Segunda Guerra Mundial . La entrada en vigor de estas medidas restrictivas ha generado una de las mayores oleadas de protestas y disturbios. El pasado domingo en La Haya, la policía dispersó a los manifestantes con cañones de agua.

Así y todo, y como ha ocurrido con otros líderes, la sobreexposición por la pandemia ha favorecido la valoración de Rutte. Los nuevos casos de coronavirus en los Países Bajos alcanzaron el pasado fin de semana su nivel más alto desde mediados de enero, con más de 6.396 casos en 24 horas. El país ha registrado un total de 1.151.218 casos y 16.046 muertes por coronavirus.

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