Macron y Merkel no cogen el teléfono a Johnson y Rutte le pide que se quede en Londres

Si el primer ministro británico pensó que podría poner nerviosos a los gobiernos europeos a causa de la proximidad de una desconexión sin acuerdo entre la UE y el Reino Unido, la estrategia ha fracasado por completo. Hoy se ha sabido que el pasado lunes, Johnson intentó hablar por teléfono con el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel , antes de la cena prevista con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen , pero que ninguno de los dos le respondió la llamada. Ambos decidieron hacerle llegar el mensaje de que la UE se mantiene unida y que habla a través de la Comisión y el negociador Michel Barnier .

Al primer ministro británico tampoco le ha salido bien su idea de esperar que la cumbre europea, que empezó ayer jueves y que ha terminado esta mañana, entrase en la discusión pormenorizada sobre la situación de las negociaciones sobre el futuro acuerdo. En realidad, la discusión sobre el Brexit duró menos de diez minutos , una vez que se acordaron los temas importantes, como el presupuesto plurianual o el fondo de recuperación. Desde Londres, Johnson ha reaccionado diciendo que estaría dispuesto «a ir a negociar a París, a Berlín o a Bruselas» pero el primer ministro holandés, Mark Rutte, le ha respondido que «hará mejor quedándose en Londres para respaldar a su equipo negociador como nosotros respaldamos al nuestro».

Johnson también ha recibido una sonora advertencia desde el otro lado del mundo. En su aparición en televisión el jueves, el primer ministro británico dijo que en principio le parecía mejor el modelo canadiense, que tiene un tratado de libre comercio con la UE , pero que tampoco le parecería mal la fórmula australiana. El ex primer ministro australiano Malcolm Turnbull le respondió en redes sociales diciéndole que «tenga cuidado con lo que desea» porque el modelo australiano «tiene muchas fricciones comerciales» y que ellos llevan dos años tratando –hasta ahora sin éxito- de que la UE les conceda una fórmula mejor.

A la presidenta de la Comisión Europea le han preguntado los periodistas británicos al final de la cumbre sobre esta situación y sobre los argumentos expuestos por Johnson según los cuales la propuesta de la Unión Europea de mantener al Reino Unido vinculado a las regulaciones económicas comunitarias era un ataque a la soberanía británica. Von der Leyen respondió claramente que lo que la UE exige es que el Reino Unido acepte un marco de reglas para sostener una competencia leal a cambio de mantener el acceso preferente de sus productos al mercado europeo, es decir, sin aranceles ni cuotas. Según Von der Leyen, el Reino Unido «seguirá siendo libre, soberano si quiere usar esta palabra» para decidir lo que más le conviene. Y si las reglas británicas van a separarse de las europeas, la UE «adaptará las condiciones de acceso de los productos británicos a nuestro mercado y viceversa. Pero será siempre una decisión británica».

Según lo acordado el miércoles entre Johnson y Von der Leyen, el domingo las dos partes decidirán «qué rumbo seguir con las negociaciones» que están prosiguiendo en estos momentos. Tanto desde Bruselas como desde Londres se considera que no existen prácticamente posibilidades de que se llegue a una solución antes del domingo y públicamente se ha informado ya de que es el momento de empezar a tomar medidas de contingencia para lo que va a suceder a partir del lunes. Teóricamente hay tres posibilidades, o anunciar un acuerdo, renunciar a ello o decidir prolongar agónicamente las negociaciones.