Macron se convierte en el «actor» más popular de la televisión francesa
Las comparecencias del presidente en la televisión, en las que habla sobre la pandemia, se han convertido en las más seguidas del paisaje audiovisual francés
Emmanuel Macron entró el jueves día 17 en la antigua residencia real de «La Lanterne», para aislarse y cuidar su positivo al Covid-19 , en Versalles. Volverá al palacio del Elíseo convertido en el «actor» más popular y de mayor éxito de la televisión francesa.
Según las estadísticas oficiales de cuotas de pantalla y porcentajes de audiencia, las trece intervenciones del presidente de la República, entre el 12 de marzo y el 18 de este mismo mes de diciembre, han sido las «emisiones» más vistas de todo el paisaje audiovisual francés.
Sin duda, la «audiencia», la opinión pública nacional, deseaba escuchar la palabra presidencial, ante la secuencia dramática de la propagación inconclusa del Covid-19. En los momentos de gran crisis, los franceses esperan del jefe del Estado una «hoja de ruta» , una «guía» para afrontar el incierto camino de la crisis. La tragedia vivida a toda ahora, en la calle, fue, ha sido y seguirá siendo más «atractiva» que las tragedias de cartón piedra de las series o emisiones de mayor éxito.
Intervenciones seguidas
Esa primera explicación, básica, esencial, no explica completamente el triunfo personal del presidente como gran «actor» y «guía de la nación».
Según todos los estudios de opinión, una gran mayoría de franceses (entre el 70 y el 80 % ) dicen apreciar la «calidad» y «sinceridad» de sus prestaciones.
El 14 de junio pasado, en vísperas de la tercera fase del «desconfinamiento progresivo», 10,4 millones de franceses siguieron la declaración del presidente. Seis meses más tarde, el mensaje presidencial desde «La Lanterne», comentando su positivo al «Covid-19» ha sido visto por otros 10 millones de franceses, a través de la tv y las redes sociales. En junio, los franceses se preguntaban «qué hacer» durante las «vacaciones». En vísperas de Navidad, los franceses deseaban ver el rostro de un presidente «infectado».
Emblema protector
El presidente «imperial» de la gran mayoría de las intervenciones audiovisuales atrae y seduce como «tótem», emblema protector de la tribu nostálgica de la ajada grandeza nacional. El presidente víctima del virus atrae y seduce como hombre capaz de dar la cara en un momento de adversidad, pálido, débil, melancólico, perdida el aura del joven general a caballo, sable en ristre, a paso de carga.
¿Seduce el presidente «actor» de tv? No está claro.
Según todos los estudios de opinión, entre un 60 y un 65 % de los franceses tienen una opinión regular, mala o muy mala de su presidente. El «éxito de público» de sus intervenciones audiovisuales no ha cambiado esa realidad, sólida y perdurable, desde hace meses, dos años largos.
Dos datos, quizá significativos : el presidente «imperial» irrita y no convence. El presidente enfermo inspira piedad y comprensión.
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