Liberados los ciudadanos británico-iraníes Nazanin Zaghari-Ratcliffe y Anoosheh Ashoori

Permanecían detenidos en Irán, acusados, respectivamente, de conspirar para derrocar al Gobierno y de espionaje

Nazanin Zaghari-Ratcliffe (izquierda) y Anoosheh Ashoor
Ivannia Salazar

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Nazanin Zaghari-Ratcliffe y Anoosheh Ashoori son dos ciudadanos británicos sin vínculos entre sí que desde hace años permanecían detenidos en Irán, acusados, respectivamente, de conspirar para derrocar al Gobierno y de espionaje. Zaghari-Ratcliffe fue arrestada en el 2016, y Ashoori un año después. Ahora, ambos han sido liberados y se esperaba su aterrizaje en Reino Unido este miércoles por la noche tras emprender un viaje de regreso vía Oman, tras meses de negociaciones lideradas por la ministra británica de Exteriores, Liz Truss. La ministra les rindió homenaje a ambos en la Cámara de los Comunes, donde elogió su «increíble resolución y determinación» y la de sus familias y exigió que «la agonía» que han sufrido durante tanto tiempo no vuelva a suceder.

Nazanin Zaghari-Ratcliffe, de 43 años, trabajó como directora de proyectos para la organización benéfica Thomson Reuters Foundation y también para la BBC Media Action. Fue detenida cuando llevó a su hija a visitar a sus padres, acusada por la Guardia Revolucionaria de dirigir una «red hostil» a Irán desde el extranjero cuyo objetivo era derrocar al Gobierno. Sin embargo, según Richard Ratcliffe, marido de Nazanin, su esposa estaba detenida para obligar al Reino Unido a pagarle a Irán una deuda de 400 millones de libras esterlinas que se remonta a la década de 1970 por un pedido cancelado de vehículos militares. La ministra de Exteriores anunció en el Parlamento que la deuda ha sido liquidada «de acuerdo con todas las obligaciones legales» y «en pleno cumplimiento de las sanciones internacionales y del Reino Unido» a ese país, que solo podrá usar el dinero para «fines humanitarios». El pago de la deuda también puso fin al martirio de Anoosheh Ashoori, un empresario jubilado de 68 años que siempre sostuvo su inocencia e incluso estuvo en huelga de hambre para exigir su liberación.

«Creo que el Gobierno tiene dos trabajos: proteger a las personas en situaciones como esta y asegurarse de que no vuelva a suceder», dijo el marido de la ahora liberada, que reconoció que su familia necesitará pasar por un «proceso de recuperación». «Pero vivimos en el futuro, no en el pasado», aseguró Ratcliffe.

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