Hong Kong calienta el G-20 pidiendo ayuda frente a China

Decenas de miles de personas vuelven a concentrarse para llamar la atención mundial contra la suspendida ley de extradición

Manifestantes en Hong Kong reclaman ayuda internacional en la cumbre del G-20 de Japón Reuters
Pablo M. Díez

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A solo un día de que empiece la cumbre del G-20 en Japón , China ya tiene su mayor crisis política de los últimos cinco años en Hong Kong . Lo que empezó hace tres semanas como una protesta contra una controvertida ley de extradición ha derivado en una demanda democrática que parece no agotarse. Al grito de «Free Hong Kong! Democracy Now!» («¡Hong Kong libre! ¡Democracia ya!»), decenas de miles de personas volvieron a concentrarse anoche en la explanada junto al Ayuntamiento, que llenaron superando todas las expectativas.

Aprovechando la reunión del G-20, varios portavoces leyeron un comunicado en distintos idiomas pidiendo ayuda a sus participantes frente a China. Demostrando que Hong Kong es una ciudad internacional, el mensaje sonó en mandarín, cantonés, inglés, español, francés, alemán, italiano, japonés, coreano e indonesio, pero siempre fue el mismo e igual de claro. «Si ustedes creen en valores como la democracia, la libertad, los derechos humanos y el imperio de la ley, les pedimos por favor que alcen su voz durante la cumbre del G-20 y defiendan nuestros derechos junto a la gente de Hong Kong», propuso Bonnie Leung, vicecoordinadora del Frente Civil por los Derechos Humanos (CHRF, en sus siglas en inglés), organizador de las masivas manifestaciones de las últimas semanas.

Tal y como había avanzado el martes en una entrevista con ABC el popular activista Joshua Wong , las protestas se intensificarán durante el G-20, que se celebra mañana viernes y el sábado, para presionar al presidente chino, Xi Jinping . Como tiene previsto reunirse con Trump para intentar zanjar su guerra comercial, muchos manifestantes lucían ayer carteles pidiéndole al presidente estadounidense que interceda por ellos y respalde su lucha por la democracia. Aunque Pekín había dicho que «no permitiría» que se hablara de Hong Kong por ser un «asunto interno», no hay duda de que estará sobre la mesa. Además de las imágenes impactantes de anoche, con la multitud cantando con sus móviles encendidos el himno libertario «Do you hear the people sing?» («¿Escuchas al pueblo cantar?») de «Los miserables», de ello se encargarán los activistas que se desplacen a Osaka para armar ruido en el G-20.

«Con formas novedosas de protestar, hay un mensaje claro para el G-20: Hong Kong no es como China quiere que sea», explicaba Katherine Yu, quien recordaba las demandas de democracia que se vienen escuchando en la isla desde hace años. «Sin el sufragio universal, que pedimos desde la “ Revuelta de los Paraguas ” en 2014, el Gobierno de Hong Kong no podrá funcionar de forma correcta», aseguraba junto a su novio, Man Ng, profesor universitario.

Gracias a su trabajo en la Universidad Politécnica de Hong Kong, está viendo cómo los jóvenes se han ido radicalizando al perder la paciencia con las promesas de sufragio universal no cumplidas por el autoritario régimen chino. «Las nuevas generaciones harán mucho ruido cuando se acerque 2047 –fecha de expiración del modelo “un país, dos sistemas”– y los niños de ahora, que ven a los universitarios manifestarse, serán todavía más impacientes y extremistas», analizaba tras la concentración.

De forma festiva y pacífica, parecía que acababa una jornada maratoniana de protestas. Por la mañana, varios cientos de manifestantes divididos en tres grupos habían visitado 19 consulados para entregar una carta pidiendo la solidaridad democrática del G-20. «¡Hong Kong es demasiado pequeño para China! ¡Necesitamos la ayuda de las potencias internacionales, como Estados Unidos! ¡Por favor, ayúdennos! ¡Hong Kong vive un momento crítico!», gritaba una mujer en cabeza de la marcha bajo los espectaculares rascacielos y tiendas de lujo del Distrito Central.

Protestas todos los días

Hasta el lunes 1 de julio, cuando otra gran manifestación saldrá a las calles por el 22º aniversario de la devolución de Hong Kong a China por parte del Reino Unido, habrá protestas todos los días coincidiendo con la cita del G-20 en Osaka.

Para evitar un fracaso como el de la «Revuelta de los Paraguas», que pedía en 2014 pleno sufragio universal, los manifestantes han cambiado de táctica. En lugar de ocupar durante meses puntos neurálgicos de la ciudad, han adoptado la estrategia de una guerrilla y llevan a cabo «movilizaciones sorpresa» inspiradas por la filosofía del maestro de las artes marciales Bruce Lee: «Be water» («Sé agua»).

Por eso, cuando la mayoría de los asistentes a la concentración volvieron a sus casas, entre mil y dos mil jóvenes se encaminaron de nuevo a la cercana comisaría central de Policía, que volvieron a cercar atrapando a sus agentes en el interior. «Queremos que retiren la acusación por disturbios contra los detenidos en las protestas», se quejaba uno de los jóvenes, Gary, de 18 años. Aunque esa decisión corresponde a los jueces encargados de cada caso, es una de las demandas de los manifestantes, junto a la retirada total de la ley de extradición y la investigación del uso de la fuerza de la Policía, que consideran excesivo. Hoy jueves hay previsto otro cerco al Departamento de Justicia. Y todavía no ha empezado el G-20.

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