El diálogo directo de May con Corbyn parte también en dos a los laboristas
La oposición se debate entre si exigir a la «premier» o no un segundo referéndum
Cuando Theresa May tendió la mano al líder de la oposición Jeremy Corbyn para tratar de desbloquear el Brexit , se esperaba que los avances en las reuniones entre ambos fueran más rápidos de lo que en realidad están siendo. Con el Reino Unido a solo 7 días de abandonar la UE sin acuerdo, los encuentros entre los dos equipos negociadores avanzan sin progreso apenas. Casi cinco horas ayer que fueron detalladas por Downing Street como «discusiones técnicas, detalladas y productivas».
Las reuniones continuarán este viernes y está previsto que durante el fin de semana, ya que May necesita sacar algo en claro de ellas para poder ofrecer a Bruselas un avance y así obtener esa prórroga que necesita para llegar a un acuerdo consensuado con los laboristas y aprobarlo en el Parlamento .
Lo único claro de estas negociaciones es que han vuelto a partir a los dos principales partidos de la oposición en dos mitades. Por parte de los laboristas el principal problema es si exigir a la primera ministra un segundo referéndum o no. El responsable del Brexit de la formación, Keir Starmer, que forma parte de ese grupo de trabajo, insistía hasta ayer mismo en que el tema ha estado encima de la mesa.
Sin embargo, por la tarde un grupo de 25 diputados del partido de Corbyn, que representan a circunscripciones donde se ha votado a favor de salir de la UE, enviaban una carta al líder laborista para exigirle que descarte esta posibilidad. Puntos de vista distintosUn segundo referéndum «dañaría la confianza de muchos votantes laboristas tradicionales y reduciría nuestras posibilidades de ganar unas elecciones generales» afirmaban en esa misiva.
El número dos laborista, Tom Watson , sin embargo, se subía al barco de ese nuevo plebiscito avivando el problema. «No creo que el partido nos perdonara si llegamos a firmar el Brexit con los conservadores sin ese compromiso» señalaba.En la parte conservadora, con los euroescépticos criticando por doquier a May solo por sentarse con Corbyn en la misma mesa, el problema viene con la que parece la gran solución y el punto al que van dirigidas las negociaciones: una unión aduanera común con la UE.
El turno de los lores
Este jueves varios ministros y el fiscal general del Estado abrieron la puerta a esa posibilidad. Incluso, el titular de Sanidad, Matt Hancock , conocido proBrexit, no descartó este escenario a cambio de que los laboristas den el visto bueno al Acuerdo de Retirada conseguido por May. «Ya he hablado sobre los problemas de una unión aduanera y creo que no es buena para el país. Pero también quiero que se ejecute el Brexit» aseguraba Hancock. Mientras las reuniones se sucedían, el otro foco estaba en el Parlamento y en sus dos cámaras. En la de los Comunes porque allí tuvo lugar la anécdota del día. Fue la metáfora que resumía a la perfección la situación del proceso.
En plena sesión, comenzaron a formarse unas goteras que hicieron suspender el debate sobre impuestos que estaba teniendo lugar. A su vez, en la de los Lores se decidía si se aprobaba el proyecto de ley que obligaría a May a solicitar una nueva prórroga del Brexit para evitar el precipicio que supondría una salida abrupta el próximo 12 de abril. El problema, aseguran desde el Gobierno, es que con esta maniobra de los diputados británicos (que pretenden evitar una salida abrupta a toda costa) podría aumentar el riesgo de una salida sin acuerdo «accidental».
Todo porque la decisión que tome Bruselas en torno a esa prórroga, el próximo 10 de abril, tendría que ser refrendada en el Parlamento británico al día siguiente, y si esta no obtiene mayoría, Reino Unido se podría ver fuera de la Unión el 12 de abril.
Merkel con Varadkar
Por otro lado, y según informa Efe, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, y la canciller alemana, Angela Merkel , expresaron ayer su voluntad de mantenerse «unidos» ante cualquier escenario del Brexit, al tiempo que se comprometieron a hacer «todo lo posible» para evitar un divorcio sin acuerdo.
El líder democristiano se reunió en Dublín con Merkel, quien reiteró su solidaridad con Irlanda, el país que más afectado se vería por un posible divorcio salvaje entre Londres y Bruselas a causa de su estrecha relación comercial con el Reino Unido. Varadkar indicó que «queda poco tiempo» para el Brexit y reiteró la necesidad de prepararse para «cualquier escenario», incluida una salida del Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo.
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