Condenados Joshua Wong y otros dos activistas de Hong Kong por un cerco masivo a la Policía

Trece meses y medio de cárcel para el popular activista, diez para Agnes Chow y siete para Ivan Lam por un asedio a la comisaría central que duró 16 horas y marcó la radicalización de las protestas por la democracia

Los activistas Ivan Lam y Joshua Wong, poco antes de su traslado al tribunal de Hong Kong AFP
Pablo M. Díez

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El 21 de junio del año pasado, las protestas por la democracia en Hong Kong dieron un peligroso giro cualitativo . Después de dos semanas de movilizaciones masivas y en su mayoría pacíficas contra la ley de extradición a China, miles de personas rodearon la comisaría central de Policía en el distrito de Wan Chai a las once de la mañana y mantuvieron el cerco hasta las tres de la madrugada. Aunque no hubo enfrentamientos entre los manifestantes y los agentes, que habían quedado atrapados en su interior, fueron 16 horas llenas de tensión que iniciaron la radicalización violenta de las protestas.

Al frente de dicho asedio estaban los activistas demócratas Joshua Wong , Agnes Chow e Ivan Lam , condenados este miércoles a penas de cárcel. Tras admitir su culpabilidad la semana pasada, Wong tendrá que pasar trece meses y medio entre rejas por «organización de una asamblea ilegal», mientras que a Chow y Lam le han caído diez y siete meses, respectivamente, por «incitar» a otros a unirse. «¡Sé que el camino que me queda es duro, pero aguantaré!», gritó Wong a sus seguidores al salir escoltado por la Policía del Tribunal de Kowloon Oeste, según informa la radiotelevisión pública RTHK.

Joshua Wong y Agnes Chow dirigieron a los manifestantes al cerco a la comisaría central de Policía de Hong Kong el 21 de junio del año pasado Pablo M. Díez

Para evitar una sentencia más dura, los tres reconocieron su culpa y apelaron al juez para que tuviera en cuenta su juventud. Aunque Wong, de 24 años, y Lam, de 26, ya han sido encarcelados antes por causar desórdenes públicos con su activismo político, es la primera condena para Agnes Chow, que tiene 23 años. En agosto fue detenida en virtud de la nueva Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín, pero finalmente quedó en libertad sin cargos.

Violencia creciente

Con el tiempo, la «guerrilla urbana» en que derivaron las protestas de Hong Kong ha empequeñecido aquel cerco y los que siguieron durante los últimos días de junio del año pasado. Desde entonces, cada manifestación ha venido acabando en violentos enfrentamientos con los antidisturbios y actos vandálicos que han destrozado la convivencia en la antes apacible Hong Kong. Tras el estallido de las protestas el 12 de junio, el punto de inflexión fue aquel cerco liderado por el popular Joshua Wong, quien había salido de la cárcel solo cuatro días antes tras cumplir una leve condena por desacato. Megáfono en mano, y acompañado de Agnes Chow, dirigió a la multitud hasta la comisaría central de la Policía en Wan Chai, arengándolos a permanecer allí y a traer más gente.

Joshua Wong, dirigiendo a la multitud en el asedio a la comisaría central de Hong Kong el 21 de junio del año pasado Pablo M. Díez

Wong, antiguo líder estudiantil que se ha erigido en el icono de la lucha por la democracia en Hong Kong, justificó tres días después en una entrevista con ABC el asedio a la comisaría y a la sede del Gobierno e insistió en su carácter pacífico . «Los manifestantes necesitan el apoyo de la mayoría silenciosa. Así ocurrió el viernes, cuando la protesta ocupó la avenida frente al Gobierno y cercó la comisaría central. Algunos tuvieron la idea de ocupar la comisaría, pero allí hay armas. Confío en que la gente sepa los límites», aseguró en dicha entrevista, publicada por este periódico el 25 de junio.

Desde entonces, las manifestaciones pacíficas derivaron en violentos enfrentamientos que, tras un año sacudiendo a Hong Kong, el autoritario régimen de Pekín ha aplastado con una draconiana Ley de Seguridad Nacional que prácticamente pena cualquier tipo de oposición política. Buena prueba de ello es que, antes de que dicha normativa entrara en vigor el pasado mes de julio, Wong y sus compañeros desmantelaron su partido político, Demosisto, para no ser perseguidos. A pesar de su cuidado para no cruzar las finas líneas rojas que marca dicha ley, no han podido evitar esta condena menor por un cerco que acabó sin incidentes graves, pero que determinó la nueva estrategia de los manifestantes de Hong Kong.

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