En la red
Raquel Acosta, la 'hamfluencer': «El jamón es algo que yo no elegí. Él me eligió a mí»
Esta cortadora profesional de jamón, pionera entre sus colegas, empezó ganando los concursos en los que después fue jurado. No para de viajar con sus cuchillos a cuestas por todo el mundo
Los 'influencers' españoles que marcan el pulso gastronómico según la lista Forbes
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Raquel Acosta Quintanilla es algo más que una gran profesional del corte del jamón. Es una 'hamfluencer'. A sus 30 años esta burgalesa ha logrado convertirse en una de las cortadoras más demandadas para eventos privados y congresos dentro y fuera de nuestras fronteras –ha llegado a cruzar trece veces la frontera de EE.UU en un mes–. En sus redes interactúa diariamente con más de 18.400 seguidores en Instagram bajo la definición de'artista'. «El jamón es algo que yo no elegí. Él me eligió a mí», asegura. Hasta que llegó ese momento, Raquel estudió grado medio de Cocina y Gastronomía en la Escuela María Madre en Burgos. Compaginó sus estudios con trabajos temporales en hotelería, y el «amor» –se mudó allí por su expareja– le llevó hasta Salamanca donde acabó sus prácticas. La casualidad hizo que conociera a un cortador en el gimnasio que le terminó ofreciendo trabajo en una jamonería de la ciudad. «Tenía manejo de cuchillos pero desconocía el jamón », confiesa.
¿De dónde parte tu pasión por el jamón?
Me cogieron en esa tienda, que estaba especializada en este producto y lo cortaban 'a cuchillo'. Uno de los socios era el campeón de España y viajaba por todos los lugares de mundo. En cuanto conocí la profesión, sabía que mi objetivo algún día sería llegar a ser como él.
Te defines como una 'pionera' en tu oficio. ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres en tu profesión?
Por supuesto. Yo me acuerdo que cuando empecé a concursar no tenía ninguna referencia de ninguna mujer que hubiera participado antes. Todos los que trabajaban conmigo eran chicos. Y, sobre todo, cuando quise dedicarme solo a esto y vivir solo de hacer eventos me quedaba con menos referencias aún. No conocía a gente que pudiera tener los eventos suficientes como para no tener ningún trabajo fijo.
¿Pasa con el corte del jamón lo mismo que pasa en Japón con el sushi? ¿Sigue siendo un territorio 'para hombres'?
Estoy muy contenta de responderte a esta pregunta con un no en mayúsculas. Ya hay muchísimas mujeres que cortan jamón, que participan en concursos y que también viven de hacer eventos como yo.
¿Dónde se forma una cortadora de jamón? ¿De quién o dónde aprendiste?
Como comentaba anteriormente, yo empecé a trabajar en esa tienda especializada en el jamón y su corte. Mi primer día, José Luis me citó a las 7 de la mañana para que pudiera ver cómo cortaba un jamón entero. Durante casi seis meses estuve cortando el jamón a máquina por las tardes, cuando estábamos más tranquilos. Otro de mis compañeros, Carlos, me iba enseñando todas las cosas que tenía que saber para algún día lograr ser una gran cortadora. El campeón de España tenía a su equipo de cortadores que trabajaban con él y de todos ellos fui aprendiendo todo lo que sé.
Viajas constantemente, en tus redes vas comentando el frenético ritmo que llevas...¿Sólo así se puede vivir de tu oficio? Así hasta que el cuerpo aguante o, ¿tienes otros planes de futuro?
Es una pregunta que me hace reír porque, como bien sabes, escribo estas respuestas desde un avión de vuelta a Madrid. La verdad es que además últimamente estoy batiendo mis propios 'records' de número de eventos y tengo muy claro que no puedo volver al ritmo de vida que llevaba antes. Ahora tengo mi propio equipo de gente, ya somos cinco y con ellos logro cubrir todas las cositas que nos van saliendo. Mis planes de futuro son muchos pero el más cercano es poder llegar a formar un equipo más grande y sólido con el cual podamos llegar a cualquier rincón del mundo con nuestros cuchillos y nuestro jamón.
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Compartes en redes muchos de tus trabajos, casi como obras de arte efímero... ¿Cabe la creatividad en algo como un jamón? ¿Dónde encuentras inspiración?
El jamón es la fuente de inspiración para poder llegar a plasmar toda nuestra creatividad en el plato. Y todo ese arte fluye de cada curva que tiene, cada veta, solo hay que saberlo disfrutar y sale solo.
¿Qué significan para ti las redes sociales? Te defines como 'hamfluencer'...
Pues ese termino surgió en uno de mis últimos viajes, que hice precisamente para una conocida marca con la que viajé a Kiev. Allí di una 'master class' para unas grandes cadenas y, cuando iban a presentarme en frente de todos los asistentes, me nombraron como «Raquel Acosta la cortadora de jamón, la 'hamfluencer'». Me hizo mucha gracia y ya 'acuñé' ese término para mí.
Durante el confinamiento impartiste incluso clases gratuitas para enseñar a tus seguidores los secretos del corte de jamón... ¿Cómo es esa interacción con tus 'followers'?
Sí, fue todo un éxito. Hoy en día, cuando ya la gente lo ha visto casi todo en las redes sociales, conseguir destacar es difícil y, aunque la gente del mundo de la moda son los que más seguidores mueven, yo estoy muy orgullosa de poder haber conseguido dieciocho mil. Son todos muy fanáticos de este producto y hacen que cada día con sus mensajes me alegren y me den fuerzas para seguir innovando dentro de mi mundo. En mis planes de futuro, como decía antes, hay alguno muy vinculado a poder sacar cositas nuevas para todos aquellos que quieran meterse en este maravilloso mundo.
¿Cortas jamón en casa, cuando estás de descanso, o intentas dejar el trabajo en la puerta?
Amo mi trabajo y eso es un arma de doble filo porque nunca acabas de 'salir del trabajo' como buena autónoma que soy. Cuando llego a casa tengo que seguir respondiendo llamadas, mandando presupuestos... La gente que me conoce sabe que en casa por supuesto que no tengo jamón. En casa de herrero, cuchillo de palo... Pero estoy muy feliz porque dos de mis hermanos, Josué y Rocío, aprendieron a cortar jamón conmigo y, en Navidades, ellos se encargan de cortarlo.
La calidad siempre es importante pero, ¿puede un buen corte mejorar un jamón normalito?
Por supuesto, es una frase que repetimos mucho. Y también algo en la que la gente muchas veces no repara es en la cantidad de jamón que se puede desperdiciar si no esta bien cortado. Porque el jamón tiene aproximadamente la mitad de su peso en grasa y hueso y, si no lo sabemos aprovechar bien, puede que en las casas más de 60 % del peso total acabe en la basura. Imagina eso si lo miras en euros...
Los cuchillos también son importantes. ¿Les pones nombre, como si fueran la 'espada' de una guerrera? ¿Quién te los hace?
Siempre viajo con 'mis pequeños'. Los llevo en un precioso maletín que me compre en Japón, que estaba diseñado para los cuchillos largos de cortar el pescado. Cuando viajo en avión van siempre en la bodega y nunca he tenido problemas con ellos. He llegado, por ejemplo, a pasar la frontera de Estados unidos trece veces en un mes y no me han dicho nada. Espero que todo siga así. Las únicas pegas que me ponen es en el AVE, ya que tenemos que pasar por el detector de metales con todo nuestro equipaje y más de una vez me ha tocado dar largas explicaciones. Tengo varios cuchilleros. Entre ellos el 'Cuchi', en Salamanca, que es sin duda uno de los mejores en España. Hay campeones de España que le envían los cuchillos por paquetería solo para que se los afile él. Y mi querido Lois, en Madrid, que conocí casi cuando llegué a la capital y me encantó su pasión por su oficio y esas ganas diarias de buscar, mejorar, aprender y crecer. Lo de los nombres no lo había pensado, pero podría hacer como El Cid Campeador y ponerles uno...
Has pasado de ganar concursos internacionales de corte, a ser jurado. ¿Con qué sueñas en el futuro?
Ya me retire del mudo de los concursos y por supuesto que me siguen llamando para ir de jurado, aunque ahora no me dé el tiempo ni para ello. Y uno de mis sueños es poder llegar a disponer de más tiempo libre para poder llegar otra vez a poder asistir a concursos, aunque sea de visitante, poder llevarme a mi familia a ver a los cerdos ibéricos en su montanera y muchas cosas más, no solo relacionadas con el trabajo.
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