La mejor estrategia para mantenerse firmes en un mercado laboral en continuo movimiento
Cambios tecnológicos, nuevas habilidades, trabajos que aún no existen... Los másteres se reivindican como instrumentos claves para pertrecharse frente a un futuro repleto de incertidumbre
Desde hace años asistimos a continuos cambios en el mercado laboral. La tecnología y la consecuente transformación digital han modificado muchos puestos de trabajo y cada año se demandan nuevos perfiles . En este mundo de constantes alteraciones, el máster es más que nunca una herramienta para reinventarse y, sobre todo, para prepararse para este incierto futuro. Sin duda que el Covid-19 ha acelerado estos cambios y desde las escuelas y universidades tratan también de dar respuesta a las nuevas necesidades.
Los profesionales son cada vez más conscientes de lo que implican todas estas transformaciones en su entorno laboral. Según el estudio «Adaptación Digital 2021» de IEBS Business School, el 94,5% de los profesionales españoles encuestados cree que el desempeño de su puesto de trabajo va a evolucionar en los próximos tres años . El 42,4% considera que será completamente distinto a su puesto actual, mientras que el 52,1% opina que sólo sufrirá algunos cambios. «Vemos que las características y las competencias para los puestos de trabajo se están acelerando. Somos más conscientes de que el futuro de nuestra profesión y las competencias que vamos a necesitar van a ser distintas a las de ahora», explica Óscar Fuente , director y fundador de IEBS. Además, la situación de la pandemia ha obligado a las empresas a dar pasos excepcionales. « La digitalización ya no es una opción, sino la única forma de supervivencia en la actualidad . Pero no hay que ver la transformación digital como una amenaza, sino como un cambio a mejor. La tecnología abre un mundo lleno de oportunidades y posibilidades. Lo importante es saber cómo aprovecharlo».
En este contexto los profesionales buscan tener múltiples herramientas y «el máster te permite aprender cosas que el mercado laboral demanda», puntualiza Óscar Fuente. Las competencias prácticas y el desarrollo de las habilidades blandas van a ayudar a una mejor toma de decisiones en un futuro. «El máster es una formación global y transversal, un baño integral de principio a fin», añade.
Estamos en un momento de mucha aceleración y el profesional es consciente de que «se acabó el trabajo para toda la vida» , recuerda Casilda Güell , decana de OBS Business School. «Es inevitable ir actualizándose», continúa, «y con el máster adoptas las competencias para adaptarte a los cambios y verlo como una normalidad».
Es inevitable apostar por una formación continua y en el caso de los másteres te ofrecen temas de vanguardia, están siempre al día, «facilitando tu forma de comunicar y la capacidad de liderazgo, algo que te va a ayudar siempre en el trabajo». El máster representa, en palabras de Güell, «un facilitador para mejorar en tu carrera y actualizar contenidos. Es un complemento muy enfocado en la profesión».
Conscientes de esta realidad, los responsables de las escuelas y universidades van introduciendo cada vez más cambios en los programas . Por ejemplo, en la universidad CESINE, la parte académica se complementa con actividades de «coaching» personalizado, enfocadas en potenciar el desarrollo de habilidades de gestión, «management» o liderazgo, o bien en desarrollar la carrera profesional con la ayuda y guía de una persona experta en «coaching». Y dentro del área de empleabilidad, ofrece la oportunidad de realizar un proyecto de consultoría para aquellos estudiantes que están en activo o bien prácticas profesionales garantizadas para aquellos que no estén trabajando.
Cambios de trabajo
Se estima que los jóvenes que hoy empiezan sus carreras profesionales antes de que se retiren van a tener como mínimo siete cambios de trabajo y cuatro de ellos serán involuntarios. Inés Temple , autora del libro «YO.S.L, empleabilidad y marketing personal» defiende que son los profesionales quienes «ahora tenemos conciencia que somos proveedores de servicios, dueños de nuestra propia empresa . Y como tales, somos responsables de nuestro crecimiento, relevancia y vigencia para tener demanda permanente por nuestros servicios. Esa demanda dependerá de nuestra actitud, reputación y de la calidad de nuestros servicios y será la que nos garantice un alto nivel de empleabilidad». En la actualidad, más acentuado con la pandemia, se ha pasado de la idea de un trabajo para toda la vida a la de «hasta que nos convenga a ambos».
Inés Temple defiende que «no nos pagan por ir a trabajar. Nos pagan por agregar valor , por contribuir a los resultados, por cumplir objetivos y metas específicas (indicadores de éxito), por satisfacer las necesidades de los clientes». Tal y como indica en su publicación, para mejorar la empleabilidad debemos perfeccionar nuestras habilidades blandas o humanas y de inteligencia social, así como la percepción que tienen los otros de nuestro trabajo.
«Reskilling laboral»
Las empresas están cambiando a la hora de buscar un trabajador, valorándose mucho las competencias humanas más allá del conocimiento y el intelecto. «Preparamos a los jóvenes o ejecutivos con pensamiento crítico a cómo reaccionar en momentos de crisis, a ser resilientes. Los preparamos para el futuro, a saber actuar y resolver los problemas a lo largo de tu vida», indica Bibiana Cambia , directora de Desarrollo Internacional de EADA Business School.
Si bien los estudiantes más jóvenes se forman en gran medida en los másteres para especializarse en alguna materia, entre aquellos que ya están en el mercado se produce el llamado «reskilling» (reciclarse en un nuevo puesto de trabajo), «ante la necesidad de formarse y adaptarse a una nueva realidad». Con la inclusión de la tecnología es muy habitual el «reskilling» en aspectos digitales.
Hay que tener en cuenta además que el mercado de trabajo no logra mantener el ritmo de la revolución digital, según lo afirman consultoras como McKinsey & Company. Ante este déficit profesional para cubrir algunos puestos de trabajo se requieren individuos con capacidades tecnológicas especializadas, siendo el máster una buena herramienta para conseguirlas.
Otro cambio importante que se aprecia en las empresas es el de un futuro más sostenible, optando por la estrategia de la triple P: «Planet, people y profit» . «Es una nueva forma de aprontar los negocios», recuerda Bibiana Cambia. Y aquí también una formación especializada y práctica marcará la diferencia. Desde las escuelas y universidades aconsejan estar atentos a esos nuevos perfiles que demandan las empresas para buscar la formación de postgrado adecuada.
Cualificación
La última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al último trimestre de 2020, anuncia una ligera y lenta recuperación del empleo en los últimos meses del año (164.000 ocupados más), pero un cómputo negativo al mirar el comportamiento del mercado en el global de 2020.
Es el peor dato desde 2012, con un paro total del 16,1% y 527.000 desempleados más en sólo un año . No obstante, en la segunda mitad de 2020 se crearon 737.100 empleos, lo que significa recuperar el 55% del empleo perdido durante la primera parte del año.
Raúl Grijalba , director de la Región Mediterránea de ManpowerGroup, señala que « las posiciones que se han creado en 2020 y las que previsiblemente se abran en los próximos requerirán un nivel educativo medio o superior. Más del 80% de los empleos que se crearán en la próxima década requerirán perfiles cualificados, técnicos y profesionales. De ahí la vital importancia de que las personas desarrollen las competencias adecuadas a las necesidades».
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