Coronavirus
«El confinamiento es el momento perfecto para empezar a meditar y hacer mindfulness en familia»
Los expertos indican que podemos realizar esta práctica de manera individual o con nuestra pareja e hijos
«El coronavirus nos tiene confinados dentro de cuatro paredes, pero no paramos de hacer cosas. Digamos que el ritmo acelerado sigue dentro del hogar. Agendas completas con actividades a todas horas, entre lo que los niños te demandan, el teletrabajo de los adultos... Y con a mente a tope de preocupaciones debido a las terribles consecuencias derivadas de la crisis sanitaria. Pero por eso mismo justo ahora que la situación nos ha hecho parar en seco y estar en casa, quizás sea el mejor momento para silenciar nuestros pensamientos y aliviar nuestra mente de los temidos “y si…” mediante la practica del mindfulness y la meditación», explica Nuria Domínguez Cuenca, coach de Coaching On Focus y experta en mindfulness por la UCJC . Estas prácticas, prosigue, «lo que consiguen son ratitos en el presente. Hacen que relajemos la mente, y la distraigamos un momento del futuro incierto. Con la práctica le vas ganando terreno a la calma» , asegura coach de Coaching On Focus y experta en mindfulness por la UCJC .
Sin duda, apunta Domínguez Cuenca, «este un momento perfecto para aprovecharlo e iniciarse en la práctica del mindfulness y de la meditación en familia». « Podemos realizar esta práctica de manera individual o con nuestra pareja e hijos , y hay una serie de técnicas y recursos para hacer con los mas pequeños, respirando focalizando en eso, y en más. Y cuando terminas de hacer esa meditación, estás de una manera diferente, aunque solo hayan sido diez minutos», asegura.
Practicar «mindfulness», concluye, «reduce mucho la impulsividad, y respondemos mejor a los demás, en este caso la familia, de una manera más amable, que ayuda a la convivencia que nos vemos obligados a mantener 24 horas. Esto nos ayuda a respirar, pararnos... y responder de una manera más amable a los que nos rodean ».
Pero, ¿cómo empezar? «Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que meditar consiste en poner atención plena al momento presente, aceptando nuestra realidad tal como es, sin emitir juicios de valor». Así, a priori, reconoce esta experta, «parece muy sencillo, y lo es, pero si no se está acostumbrado al silencio, a darse un espacio para cuidar el interior de uno mismo, puede resultar un poco incómodo pero una vez que se empiezan a comprobar los beneficios de la práctica diaria, ya se habrá convertido en un hábito, en uno de los buenos».
Para dar los primeros pasos, Domínguez Cuenca propone algunas actividades relacionadas con la meditación que se pueden hacer en familia, como pueden ser:
-Ronda de agradecimiento: Cada uno de los miembros de la familia le dará las GRACIAS a los demás por algo que les haya gustado o que les ha hecho feliz durante el día. Para llevar a cabo esta práctica se recomienda utilizar un elemento que se irá pasando de unos a otros, como puede ser una pelota pequeña. Esta actividad es muy gratificante y fortalece los lazos de unión.
-Buzón emocional: Lo primero será diseñarlo. Se puede hacer a partir de un bol, una caja, una lata, un bote o cualquier recipiente donde podamos ir depositando nuestros mensajes. Lo podemos pintar o decorar como queramos para personalizarlo. Toda la familia participará e irá dejando mensajes para todos los miembros de la familia que pueden ser de agradecimiento, de perdón o de amor. Se recomienda que se vayan dejando en el buzón durante la semana , por ejemplo, los viernes, los lean todos juntos. «Esto te une más, verbalizas emociones...», afirma Nuria Domínguez.
-Intención: Antes de comenzar a meditar, uno de los participantes compartirá una Intención con los demás, es decir, pensará y dirá en voz alta a quién va a dedicar estos momentos de introspección y encenderá una vela que estará encendida durante la meditación. Se puede ir rotando y que cada meditación la inicie una persona diferente de la familia.
En cuanto a la meditación , se puede diseñar un espacio fijo para hacer la práctica, es imprescindible que sea un lugar tranquilo y cómodo, porque lo ideal es hacerlo sentado encima de un zafú (asiento de meditación) o un cojín normal y si lo hacemos tumbados, lo aconsejable es que se haga sobre una superficie agradable, como una alfombra o una esterilla de yoga.
Las prácticas de meditación se pueden hacer en solitario o en familia, ahora que se tiene tiempo suficiente se pueden dedicar unos minutos al día y un espacio para uno mismo y también un tiempo para hacer una actividad en familia. De esta manera, asegura, «se podrá disfrutar de momentos únicos con los hijos o con la pareja que ayudarán a mostrar su lado más amable, y que se convertirá en un espacio único para dejar volar las emociones y dejar atrás el ruido mental».
Para comenzar a meditar , tan solo hay que adoptar una posición cómoda pero al mismo tiempo de presencia, sea sentado o tumbado, con la espalda recta y relajar lo más posible todo el cuerpo al mismo tiempo que conscientemente el cuerpo se queda en posición de quietud. Para indicar el comienzo y el final de la meditación va muy bien el sonido del gong, que se puede encontrar fácilmente en apps. Una vez que se comienza a meditar, se pone el foco de la atención en la propia respiración, en cómo entra y cómo sale el aire del cuerpo y para ello hay una serie de técnicas muy sencillas que pueden ayudar a fijar la atención plena en la respiración, aquí aconsejamos algunas:
1. Contar con números: al inspirar y al espirar, imaginar el número 1 y el número 2, respectivamente.
2. Dibujar una flor: al inspirar y al espirar ir dibujando los pétalos de una margarita.
3. Pintar un cuadrado: al inspirar y al espirar ir pintando cada lado de un cuadrado.
4. Olas del mar: al inspirar y al espirar imaginar el ir y venir de las olas del mar.
5. Colores: al inspirar y al espirar nos imaginaremos un color. Es un momento ideal para regalarse unos minutos al día de serenidad para el cuerpo y la mente, al mismo tiempo que se fortalecen los lazos familiares. Además, la práctica diaria permite gestionar mejor las emociones y reducir el ruido mental para que la mente esté más relajada y tenga espacio para desarrollar la creatividad y pueda generar pensamientos positivos, tan necesarios en este momento.
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