ESTILO
Siete tendencias clave que no pueden faltar en el armario de verano
Son las que triunfan en las colecciones de moda y han adoptado rápidamente las famosas e 'influencers' en redes sociales
Aunque la gran mayoría hace semanas que ha hecho el cambio de armario, con la llegada del verano apetece renovarlo con la incorporación de alguna prenda que sirva para darle un lavado de cara y actualizarlo. Además, durante los próximos meses, tanto las vacaciones como las escapadas de fin de semana invitan a configurar looks socorridos con los que lucir elegante sin demasiadas complicaciones. Crear un vestidor versátil es cuestión de equilibrio , concretamente, según aconsejan los expertos, de un 70% de básicos atemporales que sean fáciles de combinar y un 30% de prendas en tendencia que añadan el toque de actualidad.
La pregunta clave para amortizar al máximo las próximas adquisiciones es qué se lleva esta temporada, por lo que conviene analizar tanto las propuestas de las firmas como del 'street style'.
Si los aires vintage con flores, tejidos vaporosos y volúmenes se adueñaron de las colecciones primaverales, para el verano se están viendo dos corrientes muy marcadas que se complementan a la perfección. Por un lado, los tintes ochenteros, con prendas en tonos flúor, siluetas mini, tejidos brillantes y superposiciones; y por otro, el minimalismo de los noventa , con cortes limpios, una paleta de color basada en los neutros en la que prima la simplicidad con algún detalle -como un bordado o aplique- que marque la diferencia. Si hubiese que elegir las que más posibilidades ofrecen para ser lucidas tanto de día como de noche encontraríamos las siete que referimos a continuación.
1. Crochet y rafia
Dos de los imprescindibles cada verano se reinventan esta temporada con una gama de color más amplia que los habituales tonos tierra. En lo que concierne a la rafia, viene en versiones más ligeras y ya no solo en capazos y alpargatas, también en bolsos de mano, collares o incluso detalles en los vestidos, especialmente en mangas, cinturas o bolsillos. El crochet se ve tanto en vestidos y blusas y, a diferencia de otros veranos, cobran importancia los flecos XXL que llegan hasta casi el suelo.
2. Flúor
Uno de los colores favoritos para resaltar el bronceado viene cargado de fuerza. En versión ‘total look’ para las más atrevidas y en pequeñas dosis si se busca rematar cualquier estilismo. Los rosas, verdes y naranjas se hacen con todo el protagonismo mientras que amarillos y morados pierden relevancia. Se llevan tanto con looks monocromos como con prendas que a priori puedan resultar más clásicas para este tipo de detalles como vestidos de flores o blusas románticas (y cómo no, en trajes de baño).
3. Aires 'boho'
Caftanes, vestidos oversize, camisas XXL… Es tiempo de apostar por aquellas prendas que marcan de forma sutil la silueta y que le confieren un aire desenfadado a los conjuntos. Volantes, mangas acampanadas, escotes en uve… Todo ello con estampados que van desde las flores Liberty a los prints étnicos y sesenteros.
4. Asimetrías y aberturas
Como si sacados de un desfile de Versace se tratase, los vestidos se ajustan al cuerpo con tejidos fluidos que presentan alguna que otra transparencia. Se llevan los escotes halter, los asimétricos a un hombro y aberturas estratégicas tanto en la cintura como en la pierna en formato XXL. Muchos de los diseños incorporan detalles ochenteros como arandelas o pequeños fruncidos y lazos que le dan un toque más sofisticado.
5. Cortes rectos
Como contraposición encontramos la tendencia más minimalista de cara al verano en la que los colores protagonistas son el blanco, el negro y el beige. Las prendas con cuellos barco, escote a la caja y todo lo que implique que los patrones sean sencillos y sin aderezos son un éxito seguro. Para las que tengan dudas, no hay nada como pensar en las prendas que más se llevaban en los noventa y replicarlas.
6. Suelas track
Si en invierno las botas y botines se presentaban con este tipo de suela, en verano, también. Ahora las clásicas ‘flip-flops’ vienen con plataformas XXL y las sandalias más sencillas abren paso a los modelos toscos con velcros, hebillas y acabados acolchados. En este caso, la filosofía del «cuanto más, mejor» es la favorita.
7. Cuentas y pedrería
Los collares con conchas y piedras relacionadas con el mundo marino siempre han gozado de mucha popularidad, pero ahora habría que echar la vista atrás a la época de las Spice Girls donde se hacen con la atención los collares con cuentas de colores -cuanto más potentes, mejor- que incluyan brillos o detalles como iniciales, estrellas o corazones (y que recuerdan a los formatos ‘do it yourself’ que daban rienda suelta a la creatividad). Se llevan combinados con horquillas también de tonalidades fuertes y alternados con otros más minimalistas con los que crean un contraste.
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