Las vacaciones más transparentes de la Familia Real
Don Felipe y Doña Letizia visitaron con sus hijas la Casa Museo de Son Marroig
Los Reyes buscaron ayer la que tiene fama de ser una de las mejores vistas de Mallorca . A primera hora de la mañana, cuando el sol aún no aprieta tanto y antes de que llegaran los turistas, Don Felipe y Doña Letizia acudieron con sus hijas a la Casa Museo de Son Marroig, situada en el municipio de Deiá, a media hora en coche desde Palma.
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Después de la intensa jornada del miércoles, que incluyó el plantón de Pedro Sánchez , el despacho de verano, un tardío almuerzo con el presidente y, por la noche, una multitudinaria recepción, a la que acudieron 600 personas, el Rey escogió ayer un plan muy diferente. Acompañado por su familia, visitó la espectacular posesión que el Archiduque Luis Salvador de Austria , primo de la Emperatriz Sissi , adquirió a finales del siglo XIX cuando se enamoró de Mallorca. Son Marroig está situado junto al mar, en una de las zonas mejor protegidas de la isla, y ofrece una de las vistas más espectaculares del Mediterráneo. Tanto, que el propio Archiduque mandó construir un templete de mármol de Carrara, de estilo jónico, que realza aún más la belleza del lugar. Desde allí, los Reyes, l a Princesa de Asturia s y la Infanta Sofía contemplaron la inmensidad del mar y la península Sa Foradada con su roca agujereada.
La Familia Real paseó por los jardines de la posesión mallorquina y, tras recorrer el interior, se asomó a la terraza y al balcón. Después, los Reyes y sus hijas se trasladaron al Monasterio de Miramar, fundado por el filósofo, poeta y misionero mallorquín Ramón Llull en 1276, con el fin de formar a franciscanos para convertir musulmanes al cristianismo. Con el paso del tiempo, cayó en decadencia y en 1872 lo compró el archiduque Luis Salvador, que lo reconstruyó.
Tras la muerte del Archiduque, tanto Son Marroig como Miramar pasaron a su secretario, Antoni Vives, cuyos descendientes siguen siendo hoy los propietarios. Durante la visita, los Reyes y sus hijas estuvieron acompañados por el marido y el hijo de una de las actuales propietarias, Isabel Rivas Vives .
Previsiblemente, estas imágenes serán las últimas de la Familia Real este verano en Mallorca, salvo que algún fotógrafo consiga «robar» alguna, ya que a partir de ahora los Reyes procurarán disfrutar de unos días de descanso en la intimidad, siempre que la actualidad política se lo permita. Desde que llegaron a la isla, el pasado 31 de julio, a la Reina y a sus hijas se las ha visto en siete ocasiones en público, en muchas de ellas con la Reina Doña Sofía .
Amor por la isla
Además de visitar el Real Club Náutico de Palma, la Reina y sus hijas han acudido al cine y al ballet, han ido de compras a un mercadillo y alguna noche han salido a cenar en familia. A las imágenes tomadas en estas ocasiones, hay que sumar las realizadas durante la sesión fotográfica de los jardines del Marivent y las de la excursión de ayer a Son Marroig. Aunque en los últimos años, ha ido aumentando la presencia de los Reyes y sus hijas en lugares públicos, lo cierto es que estas vacaciones se recordarán en Mallorca como las más transparentes de la Familia Real. Esta mayor exposición mediática ha coincidido con el hecho de que Doña Letizia reconociera que los veranos en Mallorca «cada vez son mejores». También los mallorquines perciben una actitud diferente por parte de la Reina, a la que ahora ven disfrutar de los encantos de la isla. La prensa local destacaba ayer que, en la recepción del miércoles, Doña Letizia se había mostrado más participativa e interesada en conocer a los invitados. «Se hacía selfis y demostraba su amor por la isla», señalaba la periodista Vanessa Sánchez en el «Diario de Mallorca».