La última reflexión de Alfonso Merlos, apoyada por Alexia Rivas
La pareja ha decidido capear el temporal reclutándose en la casa de él y no ofrecer declaraciones
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Estas últimas semanas han sido muy convulsas para Alfonso Merlos después de una videoconferencia en la que se desvelaba la presencia de una mujer en bikini ( Alexia Rivas ) que no era su entonces pareja, la tertuliana Marta López . Se convirtió en el culebrón del confinamiento y llegó a copar también los titulares de la prensa internacional.
Desde ese día, Merlos y Alexia decidieron capear el temporal reclutándose en la casa de él y no ofrecer declaraciones. Marta López, por su parte, ha exprimido la oportunidad al máximo incrementando su presencia y ganancias en programas de Telecinco como «Sálvame», «Viva la vida» o «Sábado Deluxe».
Esta semana, la pareja se ha dedicado unas muestras de complicidad a través de sus respectivo perfiles de Instagram, «De nuestra fuerza depende construir una sociedad más próspera y un sitio mejor para vivir . Ahora y siempre», ha escrito el periodista junto a una imagen suya en blanco y negro y bajo el hashtag «#MarcaEspaña».
«Dentro de diez años asegúrate de decir que elegiste tu vida, no que te conformaste con ella», contesta ella en uno de los comentarios que ya ha alcanzado más de 60 «me gusta».
La pareja está viviendo su mejor momento personal pero no profesional. «He cobrado 0 euros y un disgusto muy grande con todo este asunto, que, para nuestra desgracia, ha copado la actualidad de la crónica rosa durante un mes. Usted no sabe lo que sucede de puertas para dentro de mi vida», escribió recientemente la reportera de «Socialité».
Por su parte, Alfonso Merlos perdió su puesto en el Colegio de Abogados de Madrid tras el escándalo. El ICAM (Ilustre Colegio de Abogados de Madrid), del cual fue nombrado director de comunicación en enero de 2018, convocó una Junta de Gobierno el pasado 4 de mayo en la que se decidió que se suspendía el contrato por el que el periodista percibe 185.000 euros anuales , más la gestión de otros 90.000 euros con los que cubre los gastos de comunicación. Un rédito que algunos colegiados cuestionan, no solo por la limitada dedicación, sino también porque su forma de vida resulta incompatible con el proyecto.
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