Sorprendentes secretos sobre la Familia Real británica, al descubierto

Kenneth Rose , periodista y biógrafo de la Familia Real británica , fue un hombre muy cercano a la Reina Isabel II y al entorno de Windsor, lo que le permitió conocer de primera mano algunos de los secretos ocultos de la hermética y a menudo poco accesible monarca. Muchos de ellos se los llevó a la tumba, pero otros quedaron recogidos para siempre en sus diarios, que ahora salen a la luz en un libro que arroja nuevos detalles sobre la forma de ser de la monarca, entre otros.

Siempre se ha hablado mucho sobre su aparentemente frío carácter , algo que el periodista retrata, en cierto modo, en sus escritos: «Estamos de acuerdo en que la reina es buena con los ministros, embajadores y representantes de la Commonwealth, pero no con sus hijos y con otras muchas personas». Además, para ilustrar esta afirmación, hace referencia a la empatía que, por el contrario, le despiertan las mascotas. En una ocasión, la decoradora Pamela Hicks le confesó que a menudo escribía a Isabel II para hablar sobre diversos temas, pero que solo obtuvo respuesta en una ocasión: «La única vez que respondió fue cuando le envíe un mensaje de cariño después de la muerte de uno de sus perros a causa de una pelea con otro can de Clarence House. Escribió seis páginas dedicadas al recuerdo de su perro».

También, por supuesto, hay cabida para las anécdotas relacionadas con la desaparecida Diana de Gales y su matrimonio con el Príncipe Carlos, y su fuente no es otra que la madrastra de Lady Di, Raine Spencer . «No parecen dos personas enamoradas. Tienen habitaciones diferentes y ella nunca parece querer tocarlo. Cuando él dice: 'Dame un beso', ella no responde». Dake Hussey , que fue presidente de la BBC, le hizo una afirmación parecida años atrás después de su paso por Balmoral: «Los rumores sobre el aburrimiento de Diana son ciertos, el príncipe Carlos sale a las nueve para disparar o pescar y ella no lo vuelve a ver hasta las siete de la tarde».

La fallecida Margaret Tatcher tampoco se libra de protagonismo en el libro por su relación con la monarca: «Se sabe que tenían fuertes desacuerdos sobre la importancia de la Commonwealth. Tanto la reina como Thatcher vinieron a una gala en Covent Garden, pero se sentaron en diferentes partes de la casa. En el intervalo, la reina hizo saber que no quería encontrarse con la señora Thatcher, quien fue enviada a un aposento alto para tomar una copa. Thatcher luego dijo que le gustaría despedirse de la reina, una solicitud que fue ignorada». Sobre esto, Kenneth Rose añade que es solo una muestra más de su difícil carácter.