El lado oculto de la doctora Carla Barber, nueva novia de Diego Matamoros
Tras una sonada y polémica ruptura con Estela Grande, el hijo de Kiko Matamoros pasa página con una mujer no del todo desconocida
Tras su mediática y polémica ruptura con Estela Grande , parece que Diego Matamoros ha vuelto a darle una oportunidad al amor con Carla Barber , doctora especialista en cirugía plástica y estética y modelo canaria que alcanzó la fama tras ganar la corona de Miss Las Palmas y en 2010 ser una de las finalistas de Miss España. Cinco años después, la joven volvió a presentarse en el certamen y en ese momento sí logró su objetivo.
Pero sin duda, cuando consiguió llegar a la cresta de la popularidad fue tras su participación en «Supervivientes». Concursó en la edición de 2016 junto a otros personajes televisivos como Mila Ximénez , Suso Álvarez , Yola Berrocal , Miriam Saavedra , Dioni o Jorge López , que finalmente fue el vencedor tras 68 durísimos días bajo el sol de Honduras.
La joven mantuvo una relación de dos años con el futbolista Álvaro Morata y en el año 2018 se casó con el doctor colombiano, Camilo Esquivel , de quien se divorció ocho meses después. «Sin esperarlo, y de pronto, se terminó una relación que pensaba que era para toda la vida. Prometí en el altar estar en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separase . Lamentablemente en una relación, son dos personas las que deben luchar por ella», confesó sobre su ruptura.
Ahora, una información sobre su pasado está acechando su faceta profesional. Y es que, a pesar de su juventud y de haber tenido tiempo para dedicarse al mundo de la televisión, nunca ha dejado de lado su faceta como doctora. De hecho, tiene su propio negocio, al que suelen acudir personalidades distinguidas del panorama nacional, y un gran tirón en las redes sociales.
Fue precisamente la forma que tiene de promocionar su negocio a través del universo 2.0 lo que le costó un «escándalo» con los de su gremio en 2019. Por aquel entonces, Barber formaba parte de la Sociedad Española de Medicina Estética, hasta que recibió un burofax poco amistoso por parte de la entidad en el que se le acusaba de haberse saltado el código deontológico por sus prácticas a través de las redes sociales.
Se referían, concretamente, a los sorteos de tratamientos que hacía a través de su cuenta de Instagram, y que son un reclamo para todo tipo de marcas, ya que fomentan la popularidad de los negocios. Ella se defendió entonces: «Yo lo siento en el alma, lo hacía para que personas que no se lo pueden permitir puedan acceder a estos tratamientos ».
Finalmente, tomó una decisión y zanjó tajante: «¿Qué pasa, os molesta que la gente sepa lo que se les pone y no la basura que antes se ponía? ¿Qué os fastidia? ¿ Que tenga 28 años y me vaya tan bien ? ¿Sabéis lo que os digo? Que me piro, me voy. Nunca formaré parte de una asociación como la vuestra».
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