PARROQUIAS DE MADRID

Virgen del Castillo, san Isidoro y san Pedro Claver: la fe que da vida al barrio Pinar del Rey

Esta parroquia cuenta con un nutrido grupo de sacerdotes que atiende los tres templos y, además, las capellanías del Colegio de Cristo Rey y de la Residencia de la Avenida San Luis

Vista exterior de la parroquia ubicada en Pinar del Rey Google Maps

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En el distrito de Hortaleza , en la zona también denominada Pinar del Rey, está la parroquia , diríamos de hecho, Virgen del Castillo, San Isidoro y San Pedro Claver , unidad pastoral al fin y al cabo, una triangulación de templos que representan la historia de expansión y de contracción de la presencia de la Iglesia en una zona que se configura con una mixtura de formas de vida. Desde la cercana comunidad judía hasta la nueva inmigración procedente, de forma mayoritaria de Hispanoamérica, o las personas mayores que llegaron la barrio en la época del desarrollo social y económico de España.

La construcción en el año 1970 del impresionante templo de San Isidoro traía ya una historia de relación con las parroquias Virgen del Castillo y san Pedro Claver, que se habían desarrollado en unos bajos o locales a pie de calle, una práctica común en la implantación de la Iglesia en Madrid en la época contemporánea. En la actualidad se siguen manteniendo los tres templos , pero la referencia, por su arquitectura, por su amplitud, por su singular arquitectura, y por la amplitud de espacios, es el templo de san Isidoro. Una arquitectura que se impone a la calle por su apariencia de castillo interior, por la blancura de sus muros externos e interno, de ladrillo, y por la luminosidad. El acceso al templo, a través de una amplia galería a modo de claustro, que mira a una zona verde, le confiere una singular calidez.

Hay una dato curioso que no debe pasar inadvertido si del templo de san Isidoro, que es el santo de Sevilla, el padre de la Iglesia, hablamos. Nada más traspasar la puerta principal, a la derecha, se encuentran dos pequeñas imágenes que llaman la atención por su ubicación y el sentido de su presencia. Una Virgen Dolorosa y un crucifijo, de sencilla factura y de belleza clásica. La clave está en la leyenda que acompaña a las citadas imágenes, que dice así: «Imágenes cedidas por la Pasionaria. Dolores Ibarruri, más conocida como la Pasionaria, relevante en su papel durante la persecución religiosa en España entre 1934 y 1939, se convirtió y llevó una vida cristiana hasta el final de sus días. Entregó estas imágenes a una criada para que las donase a la Iglesia, cosa que hizo a través de D. Francisco Jiménez Lázaro, vicario parroquial de esta parroquia». Así se escribe la historia.

Esta parroquia cuenta con un nutrido grupo de sacerdotes que atiende los tres templos y, además, las capellanías del Colegio de Cristo Rey y de la Residencia de la Avenida San Luis. El párroco es el joven sacerdote Jesús Silva , que cuenta con la ayuda de un vicario parroquial, Jesús Sánchez, y con los adscritos, Jorge Molino y Francisco Jiménez. Además hay un diácono permanente, Luis María Santamaría. No es menos, por tanto, el trabajo de una comunidad activa en la que los fieles laicos tienen un protagonismo singular. Solo la enumeración de los grupos que trabajan en la parroquia da una idea de esa vitalidad que se percibe en el día a día: Estudio de la Biblia, Grupo de profundización en la fe, Proyecto Amor Conyugal, Grupo de matrimonios, Oración de madres, Adoración Nocturna, Renovación Carismática, Vida Ascendente, Iniciación cristiana de adultos, Grupo de Profesionales, Grupo de Jóvenes. Además está el grupo que se encarga de la limpieza del templo y el de los visitadores de enfermos.

En los últimos años, como fruto de la catequesis –en una zona en la que hay una significativa presencia de familias con niños-, se ha incrementado el número de quienes asisten al grupo de confirmación.

Los voluntarios son otra de las fortalezas de esta parroquia, como se puede comprobar en Cáritas . La sede de Cáritas está en el tempo de san Pedro Claver. Durante lo más duro de la pandemia llegó a atender a seiscientas familias. Ahora se percibe una avalancha de personas procedentes de Venezuela y El Salvador. Cáritas trabaja con unas veinticinco familias, unas cuarenta personas mensualmente, en la satisfacción de sus necesidades básicas. La actividad estrechamente coordinada con los servicios de Cáritas de la Vicaría dedicados a la vivienda y la formación para el empleo.

En el barrio es muy valorado el Rosario de la Aurora que se celebra el último domingo de mayo y que pasa por los tres templos de la unidad parroquial en su recorrido. Este año será la estrenada imagen de Nuestra Señora Reina de la Paz la que presida esa oración pública por la paz en el mundo, por la paz en Ucrania, por la paz del barrio.

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