El reto de Almeida con Madrid Central: 30 días para reconciliar a Cs y Vox
Los ediles díscolos de Más Madrid se abren a negociar la norma con el PP para evitar que los de Ortega condicionen el texto definitivo
Guía para entender el nuevo Madrid Central
¿Qué cambia con el nuevo Madrid Central?
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Las políticas de medio ambiente han sido durante todo el mandato la causa de las mayores fricciones internas y externas entre PP y Cs en el Ayuntamiento de Madrid . Y la negociación de la nueva ordenanza de Movilidad , que empezará oficialmente hoy, se ... antoja tan compleja como las conversaciones a dos bandas –los naranjas y Vox no querían sentarse en la misma mesa– que los populares entablaron para pactar la investidura de José Luis Martínez-Almeida hace dos años.
La sentencia del Tribunal Supremo que el pasado mayo anuló Madrid Central, la medida estrella de Manuela Carmena , por defectos de forma obliga a retocar el que es el artículo más polémico de los 245 de los que consta el proyecto. Aunque la tramitación ya había comenzado antes de conocerse el fallo, la pronta resolución de los magistrados ha forzado al gobierno municipal a acelerar al máximo todos los procesos. El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante , tiene por delante solo 30 días para consumar lo (im)posible: reconciliar a los de Begoña Villacís con los de Javier Ortega Smith para que apoyen su texto.
Cs no contempla que se abra ninguna vía de libre circulación ni tampoco apoyó que pudieran acceder y cruzar Madrid Central los vehículos con etiqueta C de alta ocupación –con al menos dos pasajeros– por la zona restringida, como planteó el PP. Las fuentes de la formación naranja consultadas por ABC indican que «aceptarán alguna mejora, pero no cambios sustanciales» : «Volver atrás por cuestiones ideológicas no es viable», insisten.
Vox, por su parte, considera que los cambios introducidos por el gobierno bicolor –equiparar a los comerciantes con los vecinos– son insuficientes. «Han cambiado los verbos, de revertir a reconvertir, y no es lo mismo» , apuntó el concejal Fernando Martínez-Vidal, que lamentó que el texto «mantiene intactos los artículos que más complican la vida de la gente».
No obstante, según indicaron a ABC fuentes de la formación, Vox ultima un documento con «una serie de sugerencias» , un punto de partida para poder empezar a hablar y «limar las múltiples asperezas» que encuentran en el texto. «Madrid Central con otro nombre, no lo compramos» , dicen, tajantes. «Somos más partidarios de una movilidad disuasoria que de la prohibición», subrayan.
Aunque la izquierda rechaza de plano la ordenanza de PP-Cs al considerarla un «retroceso» para el medio ambiente, la brecha interna en Más Madrid abre un escenario paradójico. Los cuatro ediles díscolos, los más próximos a la exalcaldesa –quienes pelean ahora en los tribunales por escindirse del sector mayoritario, que lidera Rita Maestre , y formar su propio grupo–, estarían dispuestos a negociar con el gobierno de coalición para impedir que Vox condicione el texto . Según indicaron a ABC desde Recupera Madrid –el nombre con el que han denominado a su plataforma–, aún no se han producido contactos formales, pero, con tal de «excluir a la ultraderecha», serían favorables al diálogo con los populares.
[Cuándo empiezan las multas en el nuevo Madrid Central]
Inmersos en una batalla ante la Justicia , los cuatro concejales están silenciados por el grupo mayoritario, ya que hasta que no se resuelva su futuro no pueden participar de forma activa en los plenos semipresenciales y tampoco tienen voz en las comisiones de las áreas de gobierno. No obstante, tanto si se convierten en ediles no adscritos como si logran formar un grupo mixto, sus cuatro votos podrían ser claves ; una alternativa en caso de que las conversaciones con Vox se enconasen.
Escenario inédito
En el contexto menos proclive, si no logran la mayoría necesaria para sacar adelante el borrador a finales de julio, se daría una circunstancia inédita. En agosto se cumple el plazo máximo de dos meses para ejecutar el fallo del Alto Tribunal y, si no se han corregido los errores materiales de Madrid Central, las restricciones de acceso al área de bajas emisiones quedarían suspendidas hasta que se tramitase la modificación del artículo afectado. Según las fuentes consultadas, este hecho se podría dilatar cerca de tres meses . Esto significa que hasta final de año todos los vehículos podrían circular y estacionar en el distrito de Centro, sea cual sea su distintivo ambiental, sin ser sancionados.
En ese periodo se verían forzados a tramitar una reforma exprés, ya que la Ley del Cambio Climático, que entró en vigor el mes pasado, obliga a que las ciudades con más de 50.000 habitantes tengan zonas de bajas emisiones. Por lo que no habría otra alternativa que corregir los fallos de Madrid Central, pero dejarlo intacto, como lo planteó Carmena en un inicio. «Se han tirado dos años sin ofrecer una alternativa a lo que intentaban destruir, por lo que son ellos los únicos responsables», valoran a ABC fuentes socialistas, quienes recuerdan al PP que podrían haber «retirado el recurso» contra Madrid Central para evitar esta situación.
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