La reprobación al delegado del Gobierno devuelve los dos bloques ideológicos a la Asamblea de Madrid
La cámara instó al Gobierno central a cesar a José Manuel Franco en un pleno especialmente crispado
La Asamblea de Madrid reprobó este jueves al delegado del Gobierno en la región por su gestión de la pandemia y demostró el clima de crispación en la cámara regional, de nuevo con dos bloques ideológicos diferenciados. Los grupos parlamentarios del PP, Ciudadanos y Vox votaron a favor de una Proposición No de Ley (PNL) para instar al Gobierno central a «cesar inmediatamente» a José Manuel Franco por su gestión durante la pandemia, especialmente por no tomar medidas en torno a las concentraciones masivas antes del estado de alarma, como la manifestación del 8 de marzo, y por su «parcialidad» en la toma de decisiones.
El debate arrancó más o menos moderado, dentro de las habituales diferencias entre los partidos, pero pronto tornó en una suerte de alboroto subido de tono que poco o nada tenía que ver. Con alusiones al reglamento de la cámara por supuestos vulneraciones del derecho al honor, el presidente de la Asamblea, Juan Trinidad , intervino para poner orden ante lo que tildó directamente como una «guardería». Con solo 70 diputados presentes, la PNL salió adelante con 36 síes y 34 noes, aunque a efectos prácticos apenas tendrá incidencia porque no es vinculante y porque parece imposible que el Ejecutivo de Pedro Sánchez vaya a atender tal instancia.
La lógica de bloques en la cámara regional, con una estrecha mayoría para el frente de centro-derecha, sí triunfó en esta ocasión y alumbró una escena que, aunque esperada, no se había logrado en las últimas votaciones. El voto de Vox impidió en marzo la bajada de impuestos planteada por el Gobierno de PP y Cs, posicionándose en contra junto a los partidos de izquierdas , y también entregó la presidencia de las comisiones de reconstrucción y residencias al PSOE en detrimento de la coalición a la que apoyó.
Auto judicial
La proposición, en cualquier caso, fue defendida por el portavoz popular en la cámara, Alfonso Serrano , y se basó en las conclusiones de la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, sobre la causa por prevaricación contra Franco por no tomar con la suficiente antelación medidas para evitar la propagación del virus.
Si bien Serrano recordó el archivo de la causa y la ausencia de responsabilidad penal, leyó algunos párrafos del auto que, a su juicio, retratan la responsabilidad del delegado. «Ni prohibió concentración/manifestación ni adoptó medida alguna de prevención del contagio, por ejemplo que se respetara una determinada distancia, que se portaran guantes o mascarillas», dijo en alusión a las 130 concentraciones desarrolladas en Madrid entre el 5 y el 14 de marzo; y añadió, como reproducía el texto de la PNL: «La celebración de manifestaciones y concentraciones de marzo de 2020 incrementaron el peligro de contagio y por ello fueron un riesgo cierto y seguro para la salud pública».
Desde el PP consideran, además, que el delegado actuó más como líder del PSOE que como delegado del Gobierno. «Si hubiese sido la mitad de diligente que fue para actuar con el homenaje de Ifema o con el paseo de un expresidente, habría sido bien distinto», espetó Serrano, en alusión a la supuesta parcialidad de Franco. Esta consideración se argumenta en la consigna que el delegado del Gobierno trasladó a cargos y militantes socialistas respecto a «retorcer el tema de las residencias contra el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso», así como en la estrategia para conseguir la imputación de la presidenta, aunque «finalmente quedase en nada», para provocar una moción de censura con Cs. «Debe ser reprobado por salud democrática», concluyó.
Los apoyos de Cs y Vox, no obstante, fueron antagónicos. Emy Fernández de Luna , de los naranjas, recordó la importancia en la prevención y cómo la pandemia «ha puesto a prueba» el sistema sanitario, sin entrar a valorar la labor de Franco ni por qué votó a favor de la reprobación. El diputado de Vox Pablo Gutiérrez de Cabiedes , en cambio, fue más beligerante y, tras criticar la actitud «plenamente reprobable» del delegado del Gobierno y reprochar que Madrid tampoco hizo todo lo que estaba en su mano, se enzarzó con la bancada socialista a cuenta de los miles de muertos. «La avalancha de cadáveres se produjo por la obsesión de un acto», dijo.
«Marcianada»
El PSOE, por su parte, tildó de «marcianada» la iniciativa, catalogada como una muestra «para seguir confrontando». El portavoz adjunto, José Cepeda , puso el énfasis en la idea de que la Asamblea no tiene competencias para la toma decisiones sobre el Gobierno central. «¿Se imaginan que yo, como senador, pido allí la dimisión de Díaz Ayuso?», dijo, en un tono cada vez más bronco . El número dos de Gabilondo, considerado como el nuevo «poli malo» de la formación socialista en la cámara, trató además de desmontar el contenido de la PNL enumerando los actos que se celebraron en Madrid y que, pese a ser competencia del Gobierno regional, tampoco se cancelaron.
Como era de esperar, el PSOE no fue el único que se opuso de lleno a la reprobación y el resto de partidos de izquierda hicieron lo propio. Hugo Martínez Abarca , de Más Madrid, le preguntó a Serrano si utilizará otros autos de Rodríguez-Medel para censurar a un cargo público, en alusión al caso de los estudios de Pablo Casado, que también instruyó la jueza; mientras que Jacinto Morano , de Unidas Podemos-IU, tildó la proposición de «chorrada» y recriminó al PP que censure algo que que no era competencia de la Delegación. «Lo reprueban por no hacer algo que no se podía hacer legalmente», declaró Morano.
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