Obras en el Palacio de la Trinidad para recuperar su tejado y fachadas

El edificio, protegido por Patrimonio en grado integral, sufre daños en los muros y en las cubiertas

Los andamios cubren desde hace unos días la fachada del Palacio de la Trinidad BELÉN DÍAZ

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Un velo de andamios cubre desde hace días las fachadas del Palacio de la Trinidad , en la calle de Francisco Silvela, 82. Los operarios que trabajan en el edificio erigido en 1928, propiedad de Pescaderías Coruñesas, han comenzado ya a retirar las tejas árabes vidriadas para poder reparar los daños en su cubierta. Esta operación de rehabilitación pretende también restaurar los revestimientos de los muros, que presentan «peligro de desprendimiento», según constató el Departamento Técnico de Control y Conservación. Este departamento, que depende del Área de Desarrollo Urbano, señaló en dos informes –fechados el 6 de noviembre de 2018 y el 27 de noviembre del mismo año– las deficiencias que ahora los dueños tienen que paliar.

El complejo, adquirido en una subasta del Estado en 2015 por el grupo de restauración y alimentación, está catalogado con una protección Nivel 1, Grado Integral. Según explicaron a ABC fuentes de la concejalía que dirige Mariano Fuentes (Cs), las obras de reparación de los daños y deficiencias consisten en, además del arreglo de los revestimientos de las fachadas, la recuperación de los aleros de madera de las cubiertas; la consolidación de los ladrillos que coronan los muros perimetrales de la finca –que según los técnicos, muestran «exfoliación», es decir, pérdidas de material–; y la reparación del pilar de hormigón situado en un balcón de la segunda planta.

Además, los expertos de Desarrollo Urbano señalaron que, entre otras actuaciones, era necesaria la reconstrucción del forjado de parte del techo de la escalera secundaria, así como la reparación de las viguetas del porche de acceso, que «se encuentran afectadas por corrosión»; y la mejora de la impermeabilización del inmueble.

Dado que el edificio está protegido , apuntan desde la concejalía de Fuentes, «las obras deberán realizarse de acuerdo con los criterios y prescripciones establecidas por la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN) en las zonas de la finca que estén afectadas». Bajo este blindaje se encuentra el jardín de la parcela, que cuenta con un estanque y pérgolas y que también tiene una catalogación de nivel 1.

El grado de protección que posee el inmueble incluye tanto la estructura como los detalles exteriores e interiores como la marquetería, las vidrieras o la policromía que decoran las estancias el torreón. No obstante, para la ejecución de las obras de conservación no es necesaria la solicitud de licencia , de acuerdo con lo establecido en el artículo 4 de la Ordenanza de Tramitación de Licencias Urbanísticas.

Un operario trabaja en el palacio BELÉN DÍAZ

Futuro uso público y privado

Pescaderías Coruñesas adquirió el Palacio que en su día perteneció al Marqués de Larios hace ya cinco años con la intención de rehabilitarlo y convertirlo en uno de sus centros gastronómicos estrella de la capital. Tras la negativa del Gobierno de Manuela Carmena a su plan en marzo de 2017, la llegada del nuevo equipo de PP-Cs ha permitido abrir una nueva vía.

Según adelantó este diario, hace un mes que todas las partes implicadas –propietarios, Junta Municipal del Distrito de Salamanca y Desarrollo Urbano– acordaron dar un plazo de seis meses, que terminará en junio, para que el grupo empresarial presente una propuesta que conjugue el uso público con el privado . La idea inicial es que el edificio principal se destine a la restauración –que tendría entrada por la anexa calle de Coslada–, mientras que el otro inmueble de la parcela se cedería a la Junta del Distrito para dedicarlo a dotaciones públicas para los vecinos de La Guindalera.

Las condiciones imprescindibles para que el nuevo plan sea avalado, tal y como subrayaron fuentes municipales, pasan por la rehabilitación tanto de los edificios como del jardín, que se respete la distribución actual del complejo y que se acondicione para cumplir con la normativa de accesibilidad y de protección de incendios. En cuanto al segundo edificio, el que será acondicionado para los vecinos, es necesario que el proyecto incluya un acceso independiente por la calle de Francisco Silvela. En él, se desarrollarían, al menos, dos de estos usos: centro de mayores, ludoteca y/o biblioteca .

Los directivos de la CEOE fueron los últimos inquilinos del palacio en 2011, que antes también albergó la sede del Instituto Cervantes. Transcurrida casi una década, continúa vacío a la espera de resolver su futuro.

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