El infierno diario del Wanda Metropolitano: «Esto es una ratonera de coches»

Multitud de vehículos se vieron atrapados en Arcentales durante las horas más críticas del día

La avenida de Arcentales colapsada a la altura del nuevo estadio, ayer por la mañana FOTOS: ISABEL PERMUY
Aitor Santos Moya

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Verano movido el que se avecina en los alrededores del Wanda Metroplitano (La Peineta). El primer día de obras en los accesos del futuro estadio al Atlético de Madrid provocó grandes retenciones, coincidiendo con las horas punta del día. Entre las 8:30 y las 10 horas, numerosos vehículos se vieron atrapados en un monumental atasco que se prolongó desde la plaza de Grecia hasta el acceso a la M-40. Por la tarde, la escena volvió a repetirse aunque de manera más escalonada. La recomendación del Ayuntamiento instando a los conductores a evitar la circulación por la avenida de Arcentales hasta el mes de octubre no pareció ser suficiente.

«Lo normal es que haya atasco en la rotonda de la M-40, pero no que empiece tan lejos», explicaba un hombre desde su ventanilla, a la altura de la Unidad Integral de Distrito San Blas-Canillejas. La remodelación de los accesos afectó principalmente al sentido plaza de Grecia-carretera de San Blas a Coslada de Arcentales, donde además de quedar reducidos a uno los dos carriles habituales, el tráfico -pasado el estadio- fue desviado por la calle paralela de Estocolmo, desde la cual se habilitó la única entrada a la rotonda de la M-40.

Los vehículos fueron desviados por la calle de Estocolmo

Por la mañana, el trayecto, de apenas un kilómetro, estuvo marcado por el ruido de los cláxones y la sensación de estupor. «Esto es una ratonera», advertía un conductor sin entender tanta improvisación. «No sabía nada, me he enterado ahora que estoy atrapado», proseguía. Pese a que el Consistorio aconsejó ayer dos rutas alternativas (por la calle de Fuente Carrantona y la avenida del Doctor García Tapia, para los vehículos que se dirijan a la M-40 en dirección sur; y por la avenida de Canillejas a Vicalvaro, la calle Alcalá y la A-2, para los que circulen en dirección norte), el colapso fue más que palpable. «Es un desastre; llevamos meses pidiendo que empezaran las obras y ahora lo hacen todo deprisa y corriendo», incidía un vecino.

En cuanto al sentido contrario de Arcentales (carretera de San Blas a Coslada-plaza de Grecia), el número de carriles no se vio por ahora alterado, motivo por el cual el tráfico transcurrió bastante más fluido. «Antes, los camiones de obra entraban casi a la altura de la M-40, pero ahora están accediendo por la plaza de Grecia», señalaba un transeúnte, al tiempo que teorizaba sobre el porqué de dicha variación: «Si tienen que subir por el carril atascado, echan el día parados y no ponen ni un mísero ladrillo».

Varios operarios trabajan en los accesos del nuevo estadio

Durante la jornada, varios vecinos de la zona mostraron su indignación ante lo que consideran unas obras de urgencia que llegan «tarde y mal». «Hace un tiempo ya denunciamos en la Junta de Distrito que la remodelación de los accesos tenía que estar ya en marcha», expresaba uno de ellos, quien aventuraba un final precipitado: «Desde hace dos semanas, los obreros han ampliado su horario laboral . Trabajan incluso con iluminación y a este paso deberán cubrir turnos nocturnos para llegar a tiempo».

Aunque la circulación recobró la normalidad pasadas las horas críticas, la sombra de una ratonera diaria en los accesos del Wanda Metropolitano amenaza con ser alargada . «Y esto es solo el principio. Lo que nos espera a todos los que somos de aquí durante julio, agosto y septiembre va a ser más de lo mismo», sentenciaba un ciclista.

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