Huelga en la EMT: «Lo que hacen es fastidiar a la gente, he esperado hora y media el autobús»

Los trabajadores reinvidicaron, frente al Ayuntamiento, un transporte público «de calidad» y pidieron a Almeida que se siente a negociar

Decenas de personas espera ayer, en Moncloa, la llegada del autobús ISABEL PERMUY

Carlota Barcala

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Belén sale de su casa todos los días a las ocho de la mañana. Ayer tuvo que hacerlo una hora antes, por culpa de la huelga de 24 horas de los trabajadores de la Empresa Municipal de Transporte (EMT). Incluso con el margen de tiempo y la previsión, llegó tarde a su trabajo. «Están en su derecho a protestar, pero de esta forma lo que consiguen es fastidiar a la gente », explicó la joven: «Tuve que esperar media hora para coger el primer autobús; para el segundo, hora y media por la cantidad de gente que había en la dársena y los pocos vehículos que pasaban». A las 9.30 horas, la cola para coger el 114 en la dársena 13 de avenida de América hacía zigzag por todo el vestíbulo. Un trabajador de seguridad intentaba ordenarla: «Dejen libre la salida de las escaleras mecánicas, por favor». Los autobuses en ese momento iban abarrotados de personas y el siguiente vehículo tardaría, según las pantallas informativas, 23 minutos en llegar.

Ana esperaba el 115. «Entro a trabajar a las seis y media. Hoy he estado esperando de cinco y media a seis a que pasase la línea 28 en Canillejas », dijo en el mismo intercambiador. En este caso, en el autobús no había más usuarios que un día normal. «El problema es el tiempo de espera y los retrasos . A ver qué pasa el día 13. Están perjudicando a los viajeros», opinó.

La historia se repitió en hora punta en Moncloa, con colas de hasta dos horas. Frente al intercambiador, la gente se arremolinó en torno a la parada de autobús que está en el paseo de Ruperto Chapí para esperar algún vehículo de la línea A , que llega hasta el campus de Somosaguas . La cantidad de usuarios era tal, que daba la vuelta, llegando hasta la avenida de la Memoria y continuando por el césped del Parque del Oeste. «No se nota ni que están llegando autobuses porque cada vez llega también más gente », explicaron Jesús y Alberto, dos estudiantes situados final de la fila.

Pero no todo fueron quejas hacia los trabajadores que secundaron la huelga que, según los sindicatos, fue el 95% de la plantilla y para la que el Ayuntamiento estableció servicios mínimos del 50%. «Nos quejamos por todo: por si funciona mal el transporte público , por si hacen huelga... ¿Cómo va a funcionar bien si no protestan?», dijo Abel, quien esperaba detrás de los anteriores.

Desde las seis de la mañana, los conductores y sindicatos llamaron a los paros. En las cocheras , se formaron, coincidiendo con el inicio de la jornada, lentos atascos . Los chóferes que no salieron trabajar aplaudieron a los que sí lo hicieron. La escena fue la misma a las diez y media de la mañana frente al Ayuntamiento, donde se concentraron casi 800 trabajadores para reivindicar un « transporte público y social de calidad ». Los silbidos contra el Ayuntamiento se mezclaron con los cánticos y la lluvia de petardos. En medio de la acera, los conductores colocaron una plataforma con un micrófono y altavoces, desde los que se escucharon hasta villancicos. «Pero mira cómo mienten Almeida y Carabante . Mienten y mienten y vuelven a mentir, Almeida y Carabante tienen que dimitir», fue una de las versiones contra la gestión del PP desde que asumió el bastón de mando.

«Lo único que queremos es que se sienten a negociar . Si mañana nos entregan un calendario de contrataciones que garantice un servicio público óptimo , desconvocamos la huelga», dijeron, en un extremo de Cibeles, Óscar y Mariano, conductores de la línea 174 (Plaza de Castilla- Sanchinarro Este). El Gobierno del Consistorio ya aseguró hace dos semanas que el próximo año 250 trabajadores nuevos llegarán a la plantilla –90 chóferes ya están en formación–, garantizó un incremento del presupuesto, y negó la privatización del servicio. José Luis Martínez-Almeida calificó la «huelga de política, arbitraria e injustificada » y afirmó, tajante, que «bajo el chantaje y las presiones» no se van a sentar a negociar.

Los trabajadores del transporte público no le creen. «Hasta que nos lo den firmado, no vamos a parar. Esto no es algo político, pero sí ha empeorado desde que el PP llegó al poder . Con Inés Sabanés tuvimos problemas, pero siempre hubo diálogo. Esto ahora no pasa. No quieren hablar con el comité de huelga », contó al lado del altavoz José Emilio, miembro del comité de empresa y de la plataforma sindical.

Por el contrario, el delegado de Movilidad y Medio Ambiente, Borja Carabante , manifestó ayer, tras presentar el dispositivo especial de limpieza para la Navidad, que su postura será siempre la misma: «Tender la mano para mantener el diálogo», algo que considera «complicado» por la actitud de los que se concentraron frente a Cibeles.

La concentración se repitió por la tarde en una manifestación –a la que se sumaron políticos como Íñigo Errejón – que transcurrió desde la sede del Consorcio Regional de Transportes, en Santa Engracia, hasta la plaza de Cibeles, donde terminó a las 20 horas. Allí repitieron los cánticos: «Almeida, escucha, esta es nuestra lucha». La huelga de 24 horas , si nada lo remedia, volverá a ocurrir el 13 de diciembre .

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