Desmantelan el mayor «telecoca» de Madrid: más de 2.000 clientes y 6.000 euros de beneficios semanales

La organización, formada en su mayoría por variones de nacionalidad colombiana, de entre 25 y 40 años, disponía de una auténtica estructura empresarial. En total hay 28 detenidos

Parte del alijo de droga incautado MAYA BALANYÀ | Vídeo: Cae la mayor red de 'telecoca' de Madrid (EP)

A. S. Moya

La Policía Nacional ha desmantelado en Madrid el mayor «telecoca» instalado en Madrid, con una cartera de más de 2.000 clientes y ganancias semanales que llegaban a superar los 6.000 euros. La organización, formada en su mayoría por variones de nacionalidad colombiana, de entre 25 y 40 años, disponía de una auténtica estructura empresarial en cuanto a los repartos de tareas en la organización, regalos de fidelización, plazos de entrega, garantías de calidad y precintos específicos.

La cocaína era habitualmente distribuido en motocicletas financiadas por la organización hasta el punto acordado con el comprador pero, para continuar con el negocio durante el estado de alarma, realizaban las entregas en el interior de supermercados próximos a los domicilios de los «camellos». La operación, que ha contado con el trabajo de más de 250 agentes, se ha saldado con 28 personas detenidos y 21 registros simultáneos, donde se han intervenido más de 85.000 euros, casi cuatro kilos de cocaína, 10 motocicletas, decenas de terminales móviles y efectos relacionados con la venta de la droga.

La investigación comenzó hace un año después de que los agentes detectaron varias ventas de monodosis de este estupefacciente. La rapidez y el modo en el que se efectuaba la transacción hizo sospechar que se trataba de un modus operandi que no era el habitual, por lo que se estableció un dispositivo de vigilancias en el que se comprobó que se trataba de una organización criminal dedicada a la distribución de cocaína por el método del «telecoca».

Así, los investigadores detectaron que los investigados habían creado una amplia infraestructura logística a modo de empresa, con una red clientelar de más de 2.000 personas. La organización criminal giraba entorno a dos «call center» , en Cuzco y Las Tablas, donde se encargaban de recibir los pedidos de las dosis de cocaína a través de centralitas telefónicas y de coordinar el resto de la estructura criminal.

Una vez recibido el pedido, contactaban con alguna de las personas contratadas como repartidores y que tenían distribuidos de forma estratégica por toda la ciudad (25 suministradores en ocho zonas). Estos empleados trabajaban en exclusiva para la red y contaban con días libres y periodos de vacaciones . La red tenía establecido un compromiso de entrega de la sustancia en menos de 20 minutos.

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