El Covid deja sin San Silvestre a Vallecas por primera vez en 50 años
La tradicional prueba de 10 kilómetros que tiñe Madrid en Nochevieja solo se podrá correr «online»
Entre cañas y «casi como una broma» lanzada a dos amigos en un bar de la calle del Monte Igueldo. Así esbozó Antonio Sabugueiro una idea que, a base de esfuerzo y pasión por el atletismo, transformó en la que hoy es la prueba sobre asfalto más importante del mundo. Además de ser una destacada competición deportiva internacional, la San Silvestre Vallecana es un acontecimiento social que tiñe Madrid, desde el estadio Santiago Bernabéu hasta el de Vallecas , de color y guasa para despedir las últimas horas del año. Como tantas cosas este 2020, esta «sagrada» tradición para muchos madrileños y más de 40.000 corredores , profesionales y amateur, será la más inusual de sus 55 años de historia.
La imagen de una gran masa de «runners» uniformados con el color de la equipación oficial y los variados y originales disfraces subiendo por la avenida de la Albufera tendrá que esperar a 2021. Las restricciones de la pandemia han obligado a los organizadores a idear una alternativa «online» para continuar con la tradición. «Hemos tenido que hacerlo así porque no queríamos desatender a toda la gente que va cada año. Por lo menos, así, mantenemos la llama viva de la carrera», expresa a ABC, con resignación, Sabugueiro, fundador de la San Silvestre , que bien sabe lo que son los obstáculos para que este evento llegara a ser una realidad.
En el invierno de 1964, su ilusión nació con 5.000 pesetas de presupuesto y un centenar de atletas. Las peñas del Rayo Vallecano fueron quienes se encargaron de ir por los comercios del barrio para recaudar los regalos para los corredores y de cortar la circulación por el recorrido durante la prueba. El ganador, Jesús Hurtado, apenas superaba 1,60 metros de altura y entonces corría «con unas bambas cualquiera». El madrileño se alzó con el triunfo en tan solo 29 minutos (entonces era de 7,5 kilómetros en vez de 10). Su premio fueron «unas botellas y un bocata de salchichón», según recordó el propio atleta a ABC.
Un bocata de salchichón fue el premio para el primer atleta que cruzó la meta en el año del estreno, en 1964
Cuando Rocío Jurado dio el pistoletazo de salida un ladrón casi roba las 60.000 pesetas para el ganador
Los humildes orígenes de la prueba no impidieron que, solo dos años después, un extranjero, el tunecino Mohamed Gammaudi -medalla de plata en los 10.000 metros lisos de Tokio 64 - se hizo con la victoria en el estadio de Vallecas. Ante el despliegue de deportistas, cada vez fueron más las celebridades -como Rocío Durcal o Karina - que quisieron apadrinar el evento. El año en que Rocío Jurado dio el pistoletazo de salida, un carterista casi roba las 60.000 pesetas que habían recaudado para el ganador. «Estaba con ella, su marido y su hija en la salida del Bernabéu y entre la muchedumbre pillé a un señor metiéndome la mano en el bolsillo donde llevaba el sobre», relata Sabugueiro como una anécdota curiosa, ahora ya sin el susto en el cuerpo.
Pese al reconocimiento y el cariz internacional que ya había alcanzado la carrera, la falta de patrocinadores dejó a Vallecas en silencio la Nochevieja de 1969. «Aún estaba en los comienzos. El "running" no estaba en España tan desarrollado. Luché por todos lados, pero no encontré apoyos», rememora Sabugueiro, que, tras ese «momento triste» volvió a intentarlo «con más fuerza». «Después, la carrera tomó tanto auge que ya no tenemos problemas de patrocinadores, al contrario, ahora hay que seleccionarlos», cuenta entre risas. Una vez que ha llegado a la cúspide, Sabugueiro solo desea que, pasado el bache del Covid , la tradición perdure.