Covid-19
El campo de Madrid tampoco para: «Trabajamos más de 12 horas para que los ciudadanos coman todos los días»
Más de 7.800 agricultores y 4.900 ganaderos de la Comunidad intensifican su actividad para abastecer los mercados de la región pese a las pérdidas económicas
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Habían sacado los tractores y la maquinaria por todas las carreteras y ciudades de España para protestar por las malas condiciones económicas del sector. Pero todas las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos quedaron a un lado cuando el coronavirus comenzó a segar vidas en el país. Sabían cuál era su papel en esta crisis. Y lo asumieron. «Los fundamentales ahora son el personal de sanidad, pero el campo de Madrid tampoco va a parar. Vamos a seguir produciendo para que las estanterías de los supermercados estén llenas y los ciudadanos tengan todo lo que necesiten», resume a ABC lo que podría ser su lema estas semanas, Jesús Anchuelo , agricultor y secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
«Desde antes y después del sol». Esa es, a grandes rasgos, la jornada laboral de los 7.800 agricultores y 4.900 ganaderos de la región que trabajan en alrededor de 8.000 explotaciones agrarias y 4.800 ganaderas, según los últimos datos de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid.
En plena Alcarria madrileña , Anchuelo y su hermano se levantan a las 6 de la mañana en la localidad que lleva el nombre de su apellido. Una vez en su finca, cargan un camión de heno y se lo depositan en la puerta a los ganaderos con los que trabajan. «Nosotros tampoco podemos parar. Los animales también tienen que comer todos los días», explica el agricultor. Con ese gesto comienza una cadena imprescindible para que en Mercamadrid, la despensa más grande de España, nunca falte de nada.
En un sector en el que el teletrabajo es imposible, los empleados toman precauciones para protegerse del Covid-19 pero, aseguran, «en el campo, el virus lo tiene más complicado». «En la crisis aviar se desinfectaron todos los vehículos de los ganaderas porque los animales eran el problema, pero ahora la enfermedad la transmitimos nosotros. Así que tenemos que tomar las precauciones que cualquier persona. Y aquí guardar la distancia de seguridad, la verdad, no es complicado. Aglomeraciones no hay», bromea Anchuelo, que asegura que deposita las pacas de heno en la puerta para no mantener contacto ni con su cliente.
Quienes sí que han tenido que cambiar sus rutinas de trabajo son muchos de los ganaderos de la región. El decreto de la Comunidad y, después, el del estado de alerta, obligaron a cerrar todos los restaurantes y mercadillos al aire libre de la región, por lo que muchos de ellos han tenido que empezar a vender su carne a Mercamadrid o a las grandes superficies. «La cadena de comercialización de productos se ha ido al garete. Nosotros vendíamos directamente al consumidor, a los restaurantes, particulares y mercados ambulantes. El fin de semana pasado íbamos a estar en la feria de productores de Matadero... Ahora no podemos llevar corderos, tenemos que colocarlos en grandes cadenas donde cada pieza que antes vendíamos a 11 euros el kilo ahora la sacamos por 7 euros el kilo», lamenta en declaraciones a este diario, Jorge Izquierdo , propietario de LechalColmenar.
Él, junto a otras ocho personas, llevan nueve explotaciones ganaderas, entre ovino y vacuno, en trece municipios de la región. «No paramos ya ni a echar un café. Entre dar de comer a los animales, cargarlos y atenderlos en el cebadero nos hacemos un circuito de 200 kilómetros cada día para hacer todas las gestiones», cuenta Izquierdo, cuyo equipo tiene que alimentar a 3.000 ovejas madre, 400 corderos lechales, 300 vacas y toros, 200 terneros y 50 que han nacido estos días. «Empezamos alrededor de las 7 y terminamos sobre las 22 horas, salvo días como ayer, que tuvimos que asistir partos que se nos complicaron hasta la madrugada», indica el ganadero, que especifica que en ese caso el veterinario acude con mascarilla y guantes a atenderles.
Tanto Izquierdo como Ángel González Romeral , experto hortícola del Parque Agrario de Fuenlabrada, comenzaron en su gremio cuando apenas les habían «crecido los dientes». «La huerta es muy comprometida. Se trabaja de día y de noche. No es como el secano», indica González, que tras décadas dedicado al sector –ahora tiene 64 años– reivindica el papel clave de la agricultura y la ganadería para España. Y su compromiso con la sociedad y el medio ambiente.
«Hay que darse cuenta del valor estratégico que tiene el sector agrario. Somos un sector responsable. A pesar de los problemas de los precios, decidimos parar las movilizaciones porque entendimos que hay que estar al pie del cañón », asegura, mientras continúa su trabajo en el invernadero durante la conversación con ABC. Tras toda una vida dedicada al cultivo intensivo, desde hace tres años González investiga junto a un equipo de ingenieros cómo cultivar sin aplicar los químicos para evitar contaminar el campo. «Hemos visto que el agobio del ciudadano es que no haya alimentación, pero les aseguramos que no van a tener ningún problema. La ciudadanía no tiene que tener miedo de nada, no les vamos a fallar », reitera, al tiempo que se lamenta de que haya muy poco relevo generacional en el sector agroalimentario por la dureza del trabajo. Cuando se supere la crisis sanitaria, confían en que la sociedad española sabrá valorar más a quienes mantienen el sector primario.
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