Coronavirus
La restauración se ve abocada a la «ruina» por la desescalada
Empresarios y asociaciones alertan de que el plan diseñado por el Gobierno pone en peligro 85.000 negocios y 220.000 puestos de trabajo en Madrid
«Jefes, ¿cuándo volvemos?». La pregunta que llevan intentando contestar a sus empleados los hosteleros de Madrid desde hace semanas ya tiene respuesta. El 11 de mayo podrán abrir las terrazas con un límite de aforo del 50% y, si todo sigue su curso, está previsto que el día 25 puedan levantar el cierre las salas con esa restricción. Pero el problema de fondo sigue, a su juicio, «sin solución». El plan de desescalada que ha anunciado el Gobierno de España, lejos de satisfacer a los restauradores, hosteleros y empresarios del ocio nocturno, les ha puesto aún más «nerviosos». En lo que consideran un «ejercicio de improvisación», la reducción de aforos a un tercio como norma general sin lugar para las peculiaridades de cada local es para ellos una medida «absurda».
Un parche que, más allá de no curar la enorme herida que se ha abierto en este sector – como en casi todo el tejido comercial de la ciudad , teje una «incertidumbre» aún más preocupante: la de no saber si van a poder hacer frente a sus gastos corrientes, incluidos los salarios de los trabajadores, con estas limitaciones y «sin ninguna otra ayuda». Así lo han denunciado esta misma semana desde Madrid Foro Empresarial , asociación que preside Hilario Alfaro, que destaca que hay 85.000 negocios y más de 220.000 puestos de trabajo en peligro con este plan de desescalada.
Una situación que consideran «gravísima» desde instituciones como la Academia Madrileña de Gastronomía . En contacto con muchos de los restauradores que estos días no dejan de devanarse los sesos para resistir hasta que todo vuelva a la normalidad, explica la «peculiar naturaleza» de la mayoría de estos negocios en Madrid. « Muchísimas de las empresas que conforman los bares y restaurantes son familiares . Estructuras de trabajo completas que están formadas por padres e hijos y cuya economía depende totalmente del funcionamiento de estos locales. Tal y como lo han planteado desde el Gobierno, sin ninguna ayuda, puede suponer la ruina de mucha gente», explica a ABC su presidente, Luis Suárez de Lezo. «La realidad es que, cuando levanten el cierre, estarán peor que ahora», añade.
De su conocimiento del sector, subraya que el grueso de los restaurantes madrileños tienen, además de esa organización familiar, otra serie de características sobre su estructura económica que los hace «especialmente vulnerables» en este contexto: «Tienen una capacidad financiera relativamente débil, con una tesorería que no va más allá de los tres meses vista y con unos márgenes de beneficio realmente bajos». Además, a ello añade su papel clave en una cadena de valor –de la que también dependen productores, proveedores y distribuidores– a los que repercutirá negativamente todo esto. « Los ERTE les han salvado durante estas semanas , pero pasado esto tendrán la obligación de reincorporar a toda la plantilla. A toda, aunque les limiten sus posibilidades de facturación al 30%. Es algo muy dramático. Lo más lógico sería poder ir recuperando a los trabajadores de forma progresiva porque si no, irremediablemente, terminarán todos sin empleo. Por cada restaurante que cierre van a caer otras empresas», prevé.
En esa misma línea, empresarios con otras estructuras de negocio más sólidas explican que sus situación no será mucho mejor. «Nos han tirado a los leones», aseguran Marta Seco y Sandro Silva, fundadores del grupo El Paraguas . Con más de 700 empleados a su cargo, critican la falta de información de primera mano y la ausencia de diálogo con el sector por parte del Ejecutivo central. «Se presupone que hay suficiente materia gris en el Gobierno para que aporten soluciones. Porque lo que proponen es inviable», aseguran, al mismo tiempo que reclaman medidas «urgentes». Entre ellas, solicitan la «flexibilización de los ERTE» y «ayudas para el pago de las rentas». «Otra cuestión fundamental es que no existen garantías para nuestros trabajadores y nuestros clientes. Falta información veraz y técnica del peligro real de la población en la desescalada. Nosotros estamos dispuestos a abrir perdiendo, peros si nos dan unas garantías para nuestros equipos», añaden Marta Seco y Sandro Silva.
Para Hilario Alfaro, este es uno de los principales flecos del plan del Gobierno. «Todo pasa por los test. Los farmacéuticos se han ofrecido a hacer pruebas rápidas en las farmacias y el Gobierno les ha dicho que no. Cosas que son absolutamente sorprendentes», critica el presidente de Madrid Foro Empresarial. Otra de las cuestiones que apuntan desde la Academia Madrileña de Gastronomía es la necesidad de abordar una forma de regular los alquileres. «Aquellos propietarios que se están negando a negociar las rentas obligan a sus inquilinos a soportar un gasto que, en el mejor de los casos, supone el 40% del total. Las rentas, hasta que todo vuelva a la normalidad, deberían estar vinculadas al nivel de ingresos », considera Luis Suárez de Lezo. Una idea que también apoyan los dueños del grupo El Paraguas: «Tendría que existir una correlación con el aforo para que se pague lo que se pueda en cada momento según la situación. No nos pueden lanzar a la batalla sin ningún tipo de protección».
Asimismo, los empresarios critican que el cálculo del número de comensales a los que puedan dar servicio en sus terrazas y, posteriormente en el interior de sus locales, esté vinculado al aforo legal y no a los metros cuadrados de superficie disponible teniendo en cuenta el distanciamiento social necesario.
Un extremo con el que está de acuerdo el delegado del Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes. «Hago un llamamiento al Gobierno de España y a su comité de expertos. La actividad económica de nuestro país es rica y variada por lo que no se pueden aplicar “tablas rasas” », expuso en la red social Twitter sobre la reducción a un tercio del aforo para «todos» sin excepción.
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