Sucesos
Las contradicciones del joven secuestrado en Rivas
El chico que temía por su vida y explicó a los agentes que su padre le tenía secuestado desde hacía dos años, le dijo a la juez que este le dejaba las llaves de casa por si ocurría algo
El joven que envió un correo electrónico a la Policía Nacional pidiendo ayuda porque llevaba dos años retenido por su padre en contra de su voluntad y temía por su vida no sostuvo lo mismo ante la juez que instruye el caso.
A los agentes de la Guardia Civil y del CNP , que acudieron a la vivienda tras el mail de socorro que envió en el que aludía a malos tratos físicos y psíquicos , ofreció un testimonio sin fisuras. Le hallaron atado a la cama, en un cuarto en el que también dormía su padre y en avanzado estado de desnutrición.
Sin embargo, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Arganda del Rey el chico, de 19 años, incurrió en varias contradicciones. Entre otras cosas, explicó que su padre le dejaba las llaves de casa cuando se marchaba para que él pudiera salir si sucedía algo, informa Efe. Por ello, la juez decretó la libertad del progenitor , al no poder aclarar totalmente la posible detención ilegal por parte de este, aunque está imputado. Se llama Dasan, tiene 58 años, nació en Kenia y es de origen indio.
A pesar de ello, su padre, que permanece en el chalé adosado repleto de enseres y basura, debe acudir dos veces al mes al juzgado. Cuenta con dos denuncias previas interpuestas por su mujer en 2013 (ella no declarar contra él y fue absuelto)y otra de 2014 por presuntos malos tratos y coacciones. Mina, de 49 años, y sus dos hijas, de 20 y 16 años, fueron rescatadas por la Guardia Civil y se fueron a un piso tutelado. A día de hoy aún siguen en tratamiento psicológico. Por contra, el único varón de la familia nacionalidad en el Reino Unido decidió quedarse con su padre Dasan, un fanático religioso y machista, que no dejaba nunca solos a su familia.
«Encajar las piezas de esa extraña historia»
Lo que más le llamó la atención a una de las agentes que acudió a la vivienda el día del rescate fue su mirada. «Estaba como ido ; dio cinco pasos con ayuda de mis compañeros y al llegar al umbral cuando se abrió la puerta a un mundo sin paredes se desorientó».
Negó que el padre hubiera ofrecido resistencia; más bien mostró sorpresa. «Se quedó helado , como diciendo: ¿Qué hacen ustedes aquí si yo no he hecho nada?».
Ahora faltan por resolver algunas incógnitas , entre ellas si el chico podrá recuperarse tanto física como psíquicamente y encajar todas las piezas de esta extraña historia.
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