La capital estrena el nuevo Madrid Central: «¿Pero si es lo mismo, no?»
La entrada en vigor de la zona de bajas emisiones, rebautizada como Distrito Centro, ha pasado desapercibida entre los ciudadanos con restricciones similares a las impuestas por Manuela Carmena
La capital ha amanecido este miércoles con el primer clima otoñal del año y, también, con una nueva ordenanza de Movilidad . Distrito Centro , la zona de bajas emisiones que sustituye al Madrid Central de la excalcaldesa Manuela Carmena, ha entrado en vigor bajo un cielo encapotado. «¿Pero qué cambia?», preguntaba esta mañana Concha, una taxista de 57 años. En la práctica, poco. Solo la llovizna y los atascos han trastocado el día a día de los conductores la jornada en que la movilidad cambia sus reglas de juego.
Junto a las renovadas señales horizontales de la plaza de Neptuno, que ahora muestran el logo de Madrid 360 —la estrategia de sostenibilidad ambiental del Gobierno de José Luis Martínez-Almeida—, esta mañana nadie sabía exactamente en qué consiste la nueva normativa. «No me he enterado, pero me parecen medidas razonables», decía, tras escuchar una breve explicación, un hombre de avanzada edad que vive en la almendra central, antes de cruzar el paso de peatones donde lucen las marcas de Distrito Centro. Poco después, Jesús detenía su furgoneta roja en esa frontera vigilada por una hilera de cámaras. Es transportista y tiene un vehículo con etiqueta B. «La verdad, no lo he entendido» , reconoció, entre risas, sobre el nuevo Madrid Central.
El perímetro de esta zona de bajas emisiones de especial protección es idéntico al diseñado por Carmena y, por ahora, muchos puntos conservan el antiguo nombre de la medida estrella de la exregidora. Algunos carteles verticales están tapados. La lluvia ha interrumpido los trabajos nocturnos para retirar la señalética, obsoleta desde que el Tribunal Supremo anulara Madrid Central por defectos de forma el pasado mayo, pero el Ayuntamiento prevé borrar esta semana sus últimas huellas. Las normas básicas también se mantienen: los vehículos A, sin distintivo medioambiental, tienen vetado el acceso al distrito. Las etiquetas B y C pueden entrar si estacionan en un aparcamiento interior.
«¿Pero si es lo mismo, no? Lo he escuchado en la radio y hasta diciembre no empiezan a multar», comenta el hostelero Pablo Montes, dueño de la taberna Elisa y el restaurante La Cueva, en zona restringida, a unas calles del Congreso de los Diputados. El sexagenario, uno de los pocos al tanto de que Madrid estrena nueva ordenanza de Movilidad, tiene la razón a medias. Las cámaras de Distrito Centro ya están activas, pero durante la fase de aviso de dos meses los infractores apenas recibirán una notificación informativa. Los agentes de movilidad, en cambio, sí podrán sancionar.
Hasta la una de la tarde, una patrulla comandaba el tráfico en la plaza de España, uno de sus puntos fijos. A partir de este miércoles y hasta el 20 de noviembre, la treintena de agentes desplegados en el corazón de la ciudad para gestionar la movilidad compaginarán sus labores con la 'caza' de cualquier incumplimiento. El centro contará con 15 puestos rotatorios , cercanos a los accesos y en el interior del distrito, formados por una pareja de efectivos. «Pararán a los vehículos A, informarán, si son de los pocos vehículos con excepción, como los que llevan a personas con movilidad reducida, recabarán la información y les dejarán seguir su camino. Si se comete una infracción, impondrán la sanción», desgrana la directora general de gestión y vigilancia de la circulación y responsable del Cuerpo de Agentes de Movilidad, Marta Alonso. La multa se mantiene en 90 euros, la mitad si se paga en el periodo voluntario.
Los comerciantes, nuevos 'residentes'
Los principiales beneficiarios de la nueva normativa son los 15.000 comerciantes del centro de Madrid, que ahora gozan de los mismos derechos de acceso que los residentes, aunque deben aguardar tres meses (por ajustes informáticos) para disfrutar del cambio. «Ya no es tan restrictivo, como si fuéramos extraños... Pasamos más horas aquí que en nuestras casas», agradece por teléfono la lotera Paloma de Marco, presidenta de la asociación de comerciantes de las calles Preciados, Carmen, Arenal y adyacentes (Apreca).
De Marco recuerda los tiempos, antes del Madrid Central de Carmena, en que cada comercio podría registrar sus matrículas en una base de datos municipal. «Luego con Madrid Central teníamos que pedir autorización, y solo se podía hacer a través de una asociación, con un límite de matrículas por asociado», explica, «había problemas cuando queríamos traer algo puntual con otro coche». Y los que no pagaban la cuota de una asociación de comerciantes carecían de derechos. La novedad, a su juicio, «es buena», un regreso a un pasado mejor.
Míriam y Javi abrieron su floristería en la calle de Moratín hace dos años. «Cuando empiezas son todo pérdidas, no queríamos pagar a una asociación», recuerda el segundo, mientras fuma un cigarrillo a las puertas de La Flor de Clovi . Esta pareja de Aluche desembarca a diario en la estación de Atocha y nunca se han planteado internarse con el coche en el centro. «Me parece una tontería el cambio, los comerciantes pueden pasar tres coches y, ¿qué haces? ¿Lo metes en un aparcamiento por una pasta? Mira estas calles, es imposible aparcar», apunta Javi. Llueve, pero nunca a gusto de todos.
Entre el desconocimiento generalizado, los agentes de movilidad han estado más pendientes del caos desatado por las precipitaciones y de los desvíos provocados por las manifestaciones —los loteros en la Puerta del Sol y los funcionarios de prisiones frente al Congreso de los Diputados— que de las restricciones. No obstante, los ciudadanos, quizá sin darse cuenta, han obedecido . «La impresión es que los conductores han cumplido las normas, aunque hay que tener en cuenta que no ha habido mucha variación», ha asegurado la responsable del Cuerpo, Alonso, a primera hora de la tarde. La entrada en vigor de Distrito Centro ha pasado sin pena ni gloria.
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