10.780 euros al día para limpiar los grafitis: Madrid repintará 30.000 metros cuadrados en la M-30

Las campañas pasarán de una a cuatro al año y se pondrá vegetación en los muros para dificultar el acceso

Los operarios de Calle 30, ayer, limpian los murales en la zona de Méndez Álvaro AYUNTAMIENTO DE MADRID

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Dos meses va a tardar el Ayuntamiento de Madrid en limpiar de grafitis los 30.000 metros cuadrados de muros que rodean la M-30 . Con el objetivo de que los autores de las pintadas no vean estas paredes como lienzos idóneos para sus piezas, el Área de Medio Ambiente y Movilidad aumentará de una a cuatro las campañas anuales de repintado en Calle 30. Además, para reducir estos actos vandálicos se plantará vegetación con el objetivo de dificultar el acceso a los muros y, al mismo tiempo, reducir la visibilidad de las pintadas y que, por tanto, les sea menos apetecible realizarlas.

El coste anual derivado de la limpieza de grafitis , incluida esta campaña, es de aproximadamente 2.645.000 euros . Este monto supone un gasto diario de 10.780 euros y la implicación de 28 operarios con 24 vehículos para poder llevar a cabo esta labor durante una jornada. Dado el alto coste que supone para las arcas municipales, el PP prometió en campaña electorales erradicar las pintadas vandálicas de la ciudad. En este sentido, el compromiso también pasaba por endurecer el régimen sancionador contra aquellos que ensucien el paisaje urbano y provoquen perjuicios económicos.

Por ello, el Ayuntamiento desde el pasado diciembre aplica un nuevo régimen sancionador que eleva la cuantía al máximo que la ley permite. Así, las multas abarcan una horquilla de entre los 300 y los 3.000 euros y, en caso de reincidencia, se podría duplicar este importe.

La nueva normativa, que lleva apenas cinco meses en vigor, implica que en el caso de pintadas en los cierres comerciales y elementos asociados a actividades económicas, pasan de 500 a 1.000 euros debido a la dificultad para poder borrarlas. Si se trata de estropear el mobiliario urbano, muretes, pilares y puertas las multas ascienden de 300 a 600 euros por el daño al patrimonio municipal. Si se trata de una propiedad privada, las pena económica oscilaban entre 300 y 1.500 euros y, bajo la actual normativa, se podría elevar a los 2.000 euros. Si el grafiti se realiza en edificios emblemáticos antiguos o históricos, la sanción se situaría entre los 1.000 y 3.000 euros, mientras que si se trata de edificios oficiales pasan de 500-1.500 euros por atacar el patrimonio público.

Adiós a los corazones

Durante la campaña de limpieza, que comenzó ayer en el nudo de Méndez Álvaro, los operarios de Calle 30 borrarán los centenares de corazones coloridos que pintó una misteriosa grafitera a finales de 2018 por toda la autovía de circunvalación. Como relató ABC, muchos conductores, sorprendidos, empezaron a subir a sus redes sociales la imagen con alegres dedicatorias. Pero la sorpresa fue mayor aún cuando estos ciudadanos recibieron en sus lugares de trabajo un sobre plateado con una tarjeta en la que el autor o autora le daba las gracias por sus palabras publicadas.

Tras desmarcarse de la grafitera «Love», arrestada el año pasado por asaltar el suburbano, la autora remitió a ABC una carta en la que explicaba que su «norma fundamental es no destruir, sino dar color a columnas y paredes grises de hormigón». No obstante, aunque se borre su huella, otras autovías como la A-2 aún conservarán su recuerdo.

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