Se busca al Cupido de la M-30 en Madrid
Más de cien corazones dibujados sorprenden a los conductores que recorren a diario la zona norte
Jueves, 7 de la mañana. Suena el despertador y para Alicia remolonear en la cama no supone ni siquiera una opción. El tiempo apremia y cruzar la M-30 desde el nudo de Manoteras hasta el centro de salud Arroyo de la Vega, en Alcobendas, no es el más grato de los trayectos. La ciudad despierta y miles de personas se echan al asfalto sin más pretensión que la de llegar puntuales al lugar de trabajo: un volantazo, tres toques al claxon, algún que otro suspiro y una buena dosis de paciencia conforman, a grandes rasgos, su primer horizonte del día. Retazos de una tediosa rutina que una sorpresa inesperada, anónima, callejera y, por encima de todo, artística, logró tiempo atrás revertir.
«Hace meses, vi desde el coche un corazón solitario ; me pareció muy tierno y pensé que se trataría de algún mensaje entre dos enamorados», explica esta enfermera a ABC. Aquel dibujo, lejos de tener un destinatario concreto, se convirtió en la primera obra del «Cupido del espray». En cuestión de semanas, los muros grises de la M-30 comenzaron a llenarse de color. «Al principio, eran todos rojos, pero poco a poco aparecieron verdes, naranjas, azules, amarillos o morados», remarca Alicia, encantada de la alegría que desprenden las figuras.
Basta un simple paseo por la autopista de circunvalación, entre el puente de Ventas y su conexión con la A-1, para comprobar que en cualquier muro, panel aislante de ruido, mediana, señal o columna, uno o varios corazones asoman a la vista de los cientos de miles de conductores que cada día recorren la vía más transitada de España . Pero no es solo en la M-30 donde este particular Cupido inunda de amor y optimismo el paisaje urbano. Ya sea en el puente de Arturo Soria que atraviesa la A-2 o en Las Tablas y sus alrededores, los pasos del artista quedan marcados, fiel al estilo del cuento de Garbancito.
Como ya ocurriera cuatro años antes con la iniciativa que inundó de poesía una veintena de pasos de cebra en el centro de la capital, las simpatías del «público» no han tardado en aparecer. Los mensajes de agradecimiento en las redes sociales se han sucedido, algunos incluso con final inesperado . Como el de la propia Alicia, quien publicó una imagen junto a la etiqueta #corazones30 y una frase reveladora: «Muchas gracias por alegrar mis mañanas».
Cartas misteriosas
Una hermosa dedicatoria que fue correspondida, para sorpresa de ella. «Llegó a mi trabajo un sobre plateado con una tarjeta en la que el autor o autora me daba las gracias por mis palabras en Instagram», resume Alicia. Pero no fue la única. Marta, que cada día recorre el camino que separa Tres Cantos del barrio de la Guindalera, también recibió su correspondiente regalo. «Me quedé alucinada, estaba de viaje y cuando volví al trabajo me encontré la carta», señala convencida de que solo pudo dar con ella a través de un «hashtag» que publicó en Twitter: «Buscaría mi nombre y, por medio de LinkedIn, daría con la dirección», prosigue.
Tanto Alicia como Marta coinciden en que más allá de un simple mensaje de amor, lo simbólico de los corazones es el buen rollo que transmiten : «Da igual que sea un día feo, llueva o estés cansado; los ves y entonces todo lo malo se relativiza». La magia de Cupido, pero en versión grafitera.
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