«Temo el impacto de haber perdido el 10% de funcionarios docentes»
—Ha acusado al equipo saliente de no haber querido apostar por el personal en los últimos cuatro años. ¿Cuáles son las cifras de su propuesta para la plantilla?
—La realidad es que en estos últimos cuatro años se han perdido 135 plazas de profesorado funcionario que no se sustituyó o se hizo por personal en precario. También se han perdido más de 50 plazas de personal de administración y servicios (PAS). Tenemos un plan para estabilizar a esas personas que están en plazas precarias y para promover también a los que están en expectativa de promoción de contratados doctores a titulares y de titulares a cátedra. Lógicamente será una cifra variable, afectada por las acreditaciones que se produzcan en adelante, pero el escenario aproximado sería de 35 plazas de titular y 35 plazas de catedrático cada año.
—Afea a su oponente haber supeditado la gestión a la devolución de la deuda. ¿Cómo planifica hacer frente a las obligaciones pendientes?
—Ni la Comunidad ni el Estado están devolviendo deuda. En un momento en el que estamos ahogados, y en el que además concurre un escenario de tipos de interés bajos, lo más razonable es refinanciar la deuda y destinar lo que tenemos a cubrir necesidades primordiales.
—¿Qué volumen de recursos se podrían liberar para otros gastos?
—Si cumpliésemos el escenario que tenemos marcado tendríamos que ahorrar 5 millones en 2019 para amortizar deuda y alrededor de siete en 2020. Hace cuatro años, en lugar de refinanciar, lo que se hizo fue renegociar las cuotas y plazos de devolución, pasar la patata a años sucesivos; por eso tenemos cuotas tan altas en 2019 y 2020.
—¿Usted fue uno de los expertos consultados en el plan de reequilibrio?
—A mí me lo mostraron cuando estaba hecho y manifesté algunas cuestiones con las que no estaba de acuerdo. No participé en la elaboración.
—Critica que la USC haya aceptado, dentro del convenio sobre el nuevo mapa de titulaciones, no crecer en cifra total de alumnos. ¿Tiene alguna estimación de la capacidad que se está desaprovechando?
—Ese cálculo no lo tenemos, pero sí conocemos ejemplos reales: la Facultad de Derecho proponía este año aumentar de 180 a 240 puestos de nuevo ingreso. Sólo por lo que recibimos de la Xunta en forma de transferencias por crédito matriculado esos 60 alumnos adicionales serían 300.000 euros en primer curso, 600.000 en segundo, 900.000 en tercero y 1,2 millones en cuarto. Y además tendríamos los precios públicos que pagan los estudiantes. Estamos hablando de dinero y en una ampliación que no tendría costes: con los mismos recursos e incluso con los mismos grupos se podría gestionar ese aumento de alumnos. Creo que debemos revisar esto y permitir que la Comunidad y las universidades gallegas puedan reajustar el mapa de titulaciones sin tener que poner más dinero.
—¿Cuál es su postura ante la congelación de los precios de matrícula defendida y aplicada por la Xunta?
—Si la Comunidad opta por tener unos precios de matrícula bajos lo que pedimos es que por la vía de la transferencia recibamos la compensación pertinente. Congelar las matrículas puede ser una apuesta de política social razonable, pero que no menoscabe los recursos que necesitan las universidades para dar un servicio de calidad.
—Asegura que en los últimos cuatro años se ajustaron los números a costa de reducir la Universidad. ¿Hay algún indicador que le preocupe especialmente?
—Me preocupa el impacto que puedan tener a futuro decisiones tomadas en este último mandato, como las que afectaron al recorte del personal docente e investigador (PDI). Claro, pensar que la USC perdió un 10% de sus funcionarios docentes en cuatro años nos hace encender las alarmas y exige una reacción inmediata, con un plan de renovación de PDI que impida que esa caída se siga produciendo.
—Hace cuatro años perdió ante el mismo adversario por un ajustado 49,47% del voto ponderado. ¿Qué sensaciones tiene ahora?
—Aun sabiendo que en la Universidad los resultados son casi siempre apretados, sin grandes distancias, la sensación es muy favorable. La comunidad universitaria tiene elementos suficientes para contrastar la gestión de estos últimos cuatro años con el cambio de rumbo que presentamos.