Industria
Protestas en Lugo mientras Alcoa activa el proceso formal del ERE
El comité pide al Gobierno y a la Xunta que intervenga la planta dado que la multinacional no da marcha atrás con los 534 despidos
Las sospechas se han confirmado. La dirección de Alcoa se ha reunido este jueves con el comité de empresa, de nuevo en un restaurante de Lugo, para iniciar el período formal de consultas del proceso de despido colectivo que podría terminar con 534 trabajadores de la fábrica de aluminio primario de San Cibrao (Lugo) en la calle, además de la repercusión que tendría esta decisión sobre todas las empresas auxiliares.
Para seguir reclamando una solución, cientos de trabajadores de Alcoa, arropados por vecinos de A Mariña y representantes de todos los partidos políticos, se concentraron este mediodía ante la sede de la Subdelegación del Gobierno en Lugo , donde solicitaron al Ejecutivo de Pedro Sánchez y a la Xunta de Galicia la intervención pública de la planta.
«Hoy es un día muy triste para toda la industria española. El Gobierno de España y la Xunta de Galicia tienen que poner ya los güevos encima de la mesa y empezar a buscar soluciones; no pueden permitir que se destruya la industria del aluminio y que nos quedemos sin fabricar aluminio en España, para importar un millón de toneladas del extranjero», ha dicho a los medios el presidente del comité, José Antonio Zan, según informa Efe. En la misma línea, ha apuntado que «hay que defender a la industria nacional» y que «no se puede permitir esta deslocalización» y «este gran fraude que está cometiendo Alcoa». Ha recordado, en ese sentido, que «cuando compraron la antigua Inespal estaba formada por once empresas y ahora mismo quieren acabar con la última, y no se puede permitir esta salvajada industrial». «No se puede permitir que en España no fabriquemos aluminio primario», ha remarcado Zan
Según su criterio, «la empresa es una multinacional, no podemos esperar nada de las multinacionales, pero para eso están el Gobierno y la Xunta de Galicia, para defender a la industria de un país y para defender al país». Por ello, opina que este Gobierno tiene que decir si quiere industria o no. Si va a intervenir esta industria o no. Si se van a doblegar el Gobierno y la Xunta de Galicia o van a defender a los ciudadanos y a la industria del país, ha enumerado, para a continuación espetar: «Tienen que decir qué quieren hacer».
A través de un comunicado, Alcoa asegura que no se «tomará ninguna decisión definitiva hasta que haya concluido este periodo de consultas». En la reunión de esta mañana los trabajadores designaron a sus 13 representantes para negociar el ERE y se fijó también un calendario de reuniones de la mesa de negociación que, como mínimo, tendrán lugar los días 2, 9, 14 y 23 de julio. Alcoa insiste en su intención de seguir adelante con el despido del 85% de la plantilla de la factoría. La planta, asegura «afronta una situación insostenible debido a una serie de problemas externos de producción y de mercado que hacen que la producción de aluminio primario sea ineficiente y no competitiva, y que están causando pérdidas recurrentes muy significativas, que se espera que continúen».
El pasado martes se celebró la mesa multilateral entre la empresa, las administraciones y los trabajadores para buscar una salida que evite el cierre de la última factoría de aluminio primario de España. A las propuestas presentadas por el Gobierno durante la reunión se ha referido también el presidente del comité de empresa. Zan ha aseverado que a partir de ahora «las propuestas tienen que ser concretas» y llegar por escrito. En estos momentos, ya no sirven, ha asegurado, las «buenas intenciones», porque hay que defender «a la industria» nacional.
En este caso concreto, ha recordado, «el único problema es el marco regulatorio», porque los trabajadores de Alcoa en San Cibrao «son auténticos profesionales» y si les «dejan hacer su trabajo» y se soluciona el problema de la energía, «habrá industria del aluminio en España para muchos años».
Al tiempo se producía la reunión entre el comité y la dirección de Alcoa, cientos de trabajadores de la planta, acompañados por vecinos de A Mariña, se concentraron en la Praza de Armanyá, en Lugo, frente a la Subdelegación del Gobierno, para exigir que la Administración, Xunta de Galicia y Ejecutivo central, intervengan la factoría y garanticen el futuro de los puestos de trabajo. Durante esa protesta, en la que se corearon las habituales consignas de «A Mariña sálvase loitando», «Enerxía solución» o «A solución, unha intervención», los trabajadores de Alcoa protagonizaron una sentada y golpearon el suelo de la plaza con sus cascos de trabajo para expresar su rechazo a los planes de Alcoa. Además, en un momento dado, al grito de «Pedrito, échale güevos», los manifestantes comenzaron a lanzar huevos y harina contra la fachada de la Subdelegación del Gobierno e incluso un bote de humo azul, color corporativo de Alcoa.
Entre los manifestantes se dejaron ver representantes de todos los partidos políticos, tanto del Partido Popular, como del Partido Socialista, el BNG, Ciudadanos o Esquerda Unida.
Además, hasta la Praza de Armanyá también se acercó una nutrida representación de la corporación municipal de Lugo, con la alcaldesa, Lara Méndez, al frente , en señal de solidaridad con los trabajadores, gracias a un receso en el pleno que se estaba celebrando a la misma hora en la Casa Consistorial.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, calificó ayer a Alcoa como el «enemigo», porque solo quiere «subvenciones en vez de proyectos para mantener el empleo», en su turno de respuestas en el Congreso a las consideraciones de diputados de VOX y el BNG.
En alusión a la mesa de negociación celebrada este martes sobre el futuro de la fábrica de aluminio, a la que asistieron las administraciones central y autonómica, los sindicatos de Galicia y el comité de empresa de la planta, la ministra lamentó que la Xunta «se alineara con Alcoa de forma muy clara contra el Gobierno, dando oxígeno a la empresa para que esos puestos de trabajo se pierdan». Para la ministra, Alcoa, que exige concreciones, es una empresa que solo quiere «subvenciones, subvenciones, subvenciones , en vez de proyectos para mantener el empleo» y, así las cosas, Maroto reveló que para evitar el cierre insisten en recibir subvenciones de 38,4 millones de euros por compensaciones de costes de dióxido de carbono (CO2).
Por su parte, el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, volvió a advertir que los trabajadores de Alcoa San Cibrao no «tienen tiempo» y le pide al Gobierno que traslade «por escrito su compromiso para aprobar un marco eléctrico competitivo que se pueda poner en marcha de forma inmediata». De hecho, afirmó que «en este momento no hay ninguna decisión que pueda abrir una expectativa para garantizar la viabilidad de Alcoa».
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