El PP medita los beneficios de un adelanto electoral tras seguir Feijóo

La oposición teme que se convoquen las gallegas en junio aprovechando su situación de debilidad interna

El vicepresidente Rueda abraza a Feijóo tras anunciar su continuidad, aplaudido por numerosos cargos del PP EFE

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Despejada el pasado sábado la duda existencial de la derecha gallega con el anuncio de Alberto Núñez Feijóo de que se presentará a las próximas elecciones autonómicas , el PP se debate internamente entre si agotar la legislatura , como parece pretender el presidente de la Xunta, o compensa adelantarlas cuatro meses , aprovechando la desorganización de la oposición en Galicia. La opción podría ser convocarlas en junio bajo diversas justificaciones : que el nuevo gobierno tenga tiempo para elaborar su propio Presupuesto o que los gallegos no entenderían ir a votar dos veces en menos de medio año —si las generales tuvieran que repetirse el 26 de junio—.

No se podría acusar al Gobierno de la Xunta de actuar con malicia, ya que en puridad se trataría de un mero adelanto técnico en el año en el que corresponden las elecciones. De hecho, Feijóo ya empleó este argumento cuando adelantó medio año las autonómicas que correspondían en marzo de 2013. El hecho de que PSdeG, AGE y BNG no tengan sus deberes hechos no sería imputable al líder de los populares , sino a la imprevisión de quienes conforman la alternativa en el Parlamento gallego. Así lo reconocía en su blog el portavoz de los socialistas gallegos en el Pazo do Hórreo, José Luis Méndez Romeu , que especulaba con una cita electoral «en el menor tiempo posible (...), antes de 90 días con toda probabilidad».

En el PPdeG tienen claro que compartir cartel con el líder nacional del partido es hoy un lastre electoral

En contra del adelanto se esgrimen dos razones de fuerza : no coincidir bajo ningún concepto con unas elecciones en las que Mariano Rajoy sea candidato, y lo evidente que para un sector del electorado podría ser el hecho de adelantar para aprovechar las debilidades de la oposición, un tacticismo que podría ser penalizado en las urnas, provocando el efecto contrario al que se buscaría. En el PPdeG son conscientes de la fortaleza de Feijóo como candidato , y que la marca del partido en Galicia tiene una mejor valoración que a nivel estatal. Los datos de las generales y las municipales están ahí. Emparejar unas hipotéticas generales con Rajoy como cabeza de cartel con unas gallegas sería un innecesario lastre para Feijóo, que ya afronta un reto lo suficientemente difícil como es conseguir una tercera mayoría absoluta como para imponer nuevos obstáculos.

Otro escenario —remoto en la actual coyuntura— sería que PSOE, Podemos y Ciudadanos alcanzaran un acuerdo de investidura y no hubiera elecciones en junio , quedando Rajoy como un líder amortizado internamente y en posición de salida. Ahí volvería a cobrar fuerza el posible adelanto, porque también permitiría que la campaña de las gallegas tuviera identidad propia y no se supeditara a la política nacional, como ocurriría si ambas convocatorias se solaparan.

Agotar la legislatura

Un sector mayoritario del PPdeG cree que lo más oportuno es agotar este mandato. Sobre la mesa ponen diversas razones. Una de ellas, de carácter programático: este es el primer año de un Presupuesto expansivo en la Xunta, con 400 millones de incremento para inversión y —sobre todo— gasto social, y dejar recursos sin ejecutar sería una torpeza , dado que este es uno de los caballos de batalla de la «izquierda rupturista», que defiende políticas para las personas en dificultad frente a la simple gestión.

Por primera vez las cuentas públicas permiten más gasto social. Un sector del Partido Popular pide rentabilizarlo

Otra, de calendario. Al PP no le fue bien cuando las elecciones gallegas tocaron en verano. Fraga las adelantó a junio de 2005 y se dejó su mayoría absoluta. A Feijóo le funcionó llevarlas a octubre de 2012. Para un segmento de la población —principalmente mayor y de la Galicia de interior—, decisivo para los intereses de la derecha gallega, es más fácil movilizarse en otoño que en verano . La participación volverá a ser clave. De hecho, el Partido Popular incrementó sus resultados en 2012 a pesar de tener menos voto y porcentaje debido esencialmente a la baja participación.

Y por último, una relativización de los beneficios del adelanto . Diversos dirigentes no creen que la situación de la oposición vaya a «mejorar cualitativamente» por más que se le concedan los cuatro meses de margen hasta las elecciones de otoño. «El PSOE no va a rodar un candidato ni en tres ni en seis meses, la Marea ha demostrado que tampoco necesita grandes nombres y además ya tiene a Beiras, y el BNG cuenta con Ana Pontón», analizaba a este periódico un relevante dirigente popular. A eso se suma Ciudadanos, inexistentes en Galicia.

El debate seguirá en las próximas semanas y solo una persona tiene en su mano la solución : el presidente de la Xunta, único con la prerrogativa de llamar a las urnas cuando quiera.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación